domingo, 21 de octubre de 2007

Paquistán. Musharraf-Bhutto, una combinación explosiva


Buenas noches,

Los bombazos retumbaron en Karachi pero se sintieron fuerte en Washington. Desde hace meses Paquistán mostraba síntomas de debitilamiento y de una inestabilidad sin precedentes.

150 muertos, cientos de heridos y una angustiada pero valiente Benazir Bhutto salió al aire a señalar culpables. Quienes han seguido este blog, recordarán otro par de artículos que en su momento señalaban el dedicado momento paquistaní http://soros-sehablaespanyol-soros.blogspot.com/2007/03/pakistan-un-proximo-estado-taliban.html, http://soros-sehablaespanyol-soros.blogspot.com/2007/04/paquistan-caida-libre-hacia-el-taliban.html . En aquel entonces, poco se sabía del regreso de Bhutto a Paquistán, sin embargo era obvio su acercamiento a occidente, cuyo sinónimo para muchos radicales no es otra cosa que Estados Unidos.

Lo cierto es que a partir de octubre del año pasado, a medida que el ambiente se enrarecía, Bhutto se preparaba para regresar como una heroína al rescate de su atribulado país que se acerca cada vez más al poder talibán. Desde Dubai, la ex primera ministra no solo apoyó el ataque militar a la Mezquita Roja - pilar del islamismo radical-, sino que además aseguró que le permitiría a la Agencia Internacional de Energía Atómica interrogar al Doctor Abdul Qadeer Khan, padre del programa nuclear paquistaní y quien confesó en 2004 haber colaborado en un esquema internacional clandestino para la proliferación de armas nucleares en Corea del Norte, Libia y el mismo Paquistán.

Pero paralelo a la llegada de Benazir Bhutto a Paquistán ocurrieron otros hechos que pudieron haber crispado más el ambiente. El mismo jueves del ataque terrorista, había llegado a Islamabad desde Londres Lord Malloch-Brown, Ministro de Exteriores de la Oficina de la Mancomunidad Británica de Naciones (una organización compuesta por 53 países que comparten lazos históricos con el Reino Unido, conocida en inglés por Commonwealth), curiosamente para conversar del futuro político de Paquistán.

Para los radicales el regreso de Bhutto a su tierra no era otro acontecimiento más que un acuerdo muy bien tejido desde Washington para asegurarse de que en el próximo gobierno se inclinara más la balanza hacia el otro lado del planeta. La filigrana había sido elaborada desde mucho antes de la presentación de un documento conocido como la Ordenanza para la Reconciliación Nacional, el pasado 5 de octubre, en donde el gobierno de Musharraf, según el Daily Times de Paquistán, garantizaba la amnistía a un grupo de políticos, banqueros y burócratas acusados de corrupción, pero que no habían sido condenados desde 1985 a 2007. Entre ellos Benazir Bhutto, una "cleptócrata con bufandas Hermes", según Jemima Khan, una controvertida activista paquistaní.

Así pues, la reelección de Musharraf quedaba garantizada, su pacto de gobernabilidad con la ex primera ministra era un hecho, pero a cambio habría de ceder en un solo detalle: dejar su cargo de militar en jefe, para dejarlo a manos de alguien mucho más amigo de los países de la coalición occidental. Rápidamente el acuerdo Musharraf - Bhutto fue recogido por la prensa que no escatimó detalle para recordarle a los paquistaníes que su fortuna familiar, que asciende US$1.5 mil millones de dólares, es seriamente cuestionada por indicios de fraude contra el estado.

Lo cierto es que el atentado fue perpetrado con cuidado y de pronto, aunque suene ilógico, sin el ánimo de matar a la propia Bhutto. La agenda de la ex primera ministra era ampliamente conocida por el Servicio de Inteligencia de Paquistán, que aseguraba no haber escatimado detalle en su seguridad. Los atacantes tuvieron tiempo para camuflarse entre la muchedumbre que buscaba acercase a ella y estallar dos bombas, la primera para atraer, la segunda para rematar. Por suerte o por coincidencia, hacía 10 minutos la líder se había resguardado en el vehículo después de un largo recorrido en el techo. Allí quedaron importantes líderes del Partido Popular de Paquistán, algunos de los cuales quedaron heridos.

Los artefactos explotaron en Karachi pero retumbaron en Washington. Es la peor opción a contemplar en Paquistán, un país que se mueve entre Al-Qaeda, el Talibán y las armas nucleares, y que limita con Afganistán, India, Irán y China. En la Casa Blanca se refieren al hecho como "una pesadilla" y afirman no sin dejar ver su preocupación, que la llave Musharraf -Bhutto puede no funcionar como lo había previsto su plan maestro.


Saludos,