martes, 10 de abril de 2007

CAIDA LIBRE HACIA EL TALIBAN

Buenos días,

La historia no termina en Afagnistán. La moderna y multicultural Islamabad podría quedar en el recuerdo si Paquistán continua cayendo en una vertigionsa espiral hacia un régimen radical musulmán.

Los clérigos musulmanes moderados advierten del "enemigo interior" como han llamado algunos, a las tendencias que amenazan con desvirtuar completamente al Islam, que va penetrando poco a poco y con una muestra de fanatismo sin precedentes, la mente de los jovenes paquistaníes ricos y pobres, que canalizan su rebeldía por donde más le duele al establecimiento. Sin saber, moldean su propio futuro bajo una carcel de papel que a la postre enclaustra la mente. Nunca mas cierto el acertijo de piedra, papel y tijera. Donde el papel envuelve la piedra, y como en un circulo vicioso, la tijera termina por cortar y moldear al papel.

La Mezquita Roja de Islamabad, protegida por más de tres mil estudiantes dispuestos a inmolarse y de mujeres capaces de manejar armas automáticas por la "jihad", ha puesto en jaque al gobierno de Paquistán. No solo la ultra conservadora mezquita se ha dado el lujo de instaurar su propia corte de justicia islámica sino que ha comenzado, al estilo Talibán, a emitir edictos o "fatwas" morales que seguramente impactarán de lleno a la sociedad paquistaní.

La primera víctima ha sido la Nilofar Baktiar, ministra de turismo de Paquistán, convenientemente expuesta en la prensa de ese país mientras participaba en Francia durante una acitividad para recaudar fondos para las vícitimas del mortal terremoto que sacudió una vasta zona de Paquistán en 2005. En una de las fotos, la ministra es auxiliada por un instructor francés de paracaidismo y en otra, una mujer, de la que no se conoce su identidad, abraza al mismo instructor. La ministra no lo niega. El francés la ayudo y posteriormente le pasó los brazos para felicitarla por el éxito de su primer salto en paracaidas.

El domingo estalló el escándalo y el edicto determinó que había sido un "acto ilegítimo y prohibido porque sin ninguna duda había cometido un gran pecado" y conminó a las mujeres musulmanas a permancer en casa y a no atreverse a salir a la calle sin estar cubiertas.

El asunto no pasaría de ser otra anécdota más de la guerra del Talibán para tomar el poder en Paquistán de no ser porque el propio estado se encuentra amenazado por los radicales. Hace unos días, Umer Farook, un reportero que se ha dedicado a seguir el nuevo rumbo talibán ha advertido de la espada que pende sobre el gobierno paquistaní.

Maulana Abdul Aziz, clérigo de la mezquita, ha sido claro en su objetivo: Implantar la sharia en Paquistán porque el "gobierno y el estado le pertenecen a Allah". Y ha ido en sus entrevitas más allá, al afirmar que el mismo movimiento va a tomarse Indonesia, donde más de 53 distritos ya han implantado la ley islámica. No música, no baile, no fotografías. No censura a Al Qaeda. En la entrevista con Farook, dice que aunque no están en contacto con Al Qaeda "es una organización que esparce el mensaje de la jihad -guerra santa- y es bueno mantener una asociación con la jihad"

Del otro lado de la frontera, en Afganistán, el gobierno de Hamid Karzai palidece ante el resurgimento del régimen talibán que tanto esfuerzo costó espantar. Ha llegado a sugerir en cada oportunidad ante los medios que el gobierno paquistaní quiere que el experimento afgano fracase para utilizar al movimiento talibán, refugiado y reagrupado en Paquistán, para convertir a Afganistán en su colonia.

Los esfuerzos de erradicar el narcotráfico del que se nutre directamente el movimiento Talibán han sido infructuosos. No en vano el mes pasado los líderes de la OTAN discutieron seriamente la posibilidad de legalizar la producción de amapola en Afganistán. La idea, que en mi concepto, aceptaríamos de mil amores en Colombia, Perú y Bolivia -porque aunque no tenemos sharia los paralelos son muchos - pretende permitir a los cultivadores de amapola vender su producción a compradores legales por la misma cantidad que actualmente reciben de los jefes de la droga. La materia prima solo podría ser vendida a la industria farmacéutica que produciría medicamentos para el dolor y otros productos relacionados.

Pero mientras los burócratas deciden si es conveniente o no cortarle el suministro de dinero ilegal a los fundamentalistas, el tiempo corre y los talibanes ganan espacio. La popularidad del presidente paquistaní va en picada, no solo por su temor a enfrentar a los talibanes abiertamente, sino porque cada acción, acertada o no, es utilizada por los mismos para demonizar a su gobierno. Intentar negociar con los radicales -como sinónimo de debilidad- , o enfrentarse a un baño de sangre -como sinónimo de brutalidad.

Desde Dubai y Paris, Benazir Buttho, ex lider del Partido Popular de Paquistán, se prepara para intentar rescatar el increible terreno que ha ganado el Talibán y frenar el avance de la doctrina musulmana radical que amenaza con convertir a Paquistán en un enorme ex- Afanganistán, o viceversa, al nuevo Afganistán en un Paquistán talibanizado. Con una gran diferencia: posee armas atómicas que servirán para exportar su revolución hacia Cachemira, donde India y de pronto China también lo esperen con unas cuantas cabezas nucleares.

Saludos,
Artículos relacionados: Paquistán un próximo estado talibán.
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