viernes, 22 de junio de 2007

Asia o la Tercera Guerra Mundial


Buenas noches,
En 2004 Global Security puso a pensar a los expertos militares al referirse al control de los mares por una sola potencia. En 2005 Robert Kaplan, un veterano periodista y especialista en el recrudecimiento de la guerra fría, advirtió que la III Guerra Mundial no vendría por cuenta del conflicto y el radicalismo religioso del mundo islámico, sino de donde menos se espera: del mar. Por el dominio de los mares.

La preocupación, que ya era evidente en los círculos políticos internacionales, tomó alas con una investigación del Independent de Rusia que explicaba detalladamente de qué trataba la estrategia china para controlar las principales vías marítimas, que nace según los chinos de la necesidad de satisfacer y garantizar las rutas que le abastecen de crudo. Nada más cierto.

Para controlar los mares en el 2050, tal como lo indican los informes internacionales, China moderniza de punta a punta sus naves y adquiere otras para cumplir tres fases de las cuales se ha cumplido ya la primera.

El primer objetivo ya conquistado era el domino de Mar Amarillo, el Mar Este de la China y el Mar del Sur de la China. Tres mares estratégicamente ubicados en el Océano Pacífico y que incluyen Filipinas y las islas japonesas Ryukyu. El segundo, que sin lugar a dudas ha influido en la sonada reorganización de las flotas estadounidenses en Asia, está en camino. Sería alcanzado entre 2020 y 2025 en la zona que denominan "la segunda cadena de islas" que incluyen puntos muy delicados que afectan la soberanía de muchos países de la zona: el Mar de Japón, el Mar de Filipinas, y el mar de Indonesia, que a su vez comprenden las islas Kuriles, la importantísima Isla de Hokkaido, las islas Marianas - en donde se encuentra alineada parte de la flota estadounidense en Asia- y las paradisiacas Islas Palau en el sur.

Al último objetivo deberían llegar en 2050 cuando su flota este íntegramente activa desde Guam, territorio estadounidense y punto neurálgico militar del Pacífico oriental. Para llegar a este punto, los expertos chinos se han dedicado desde 1990 a construir su propio gran portaviones para armar su flota propia experimental con capacidad aérea, de superficie y submarina.

La idea es aprender, mejorar y superar. Habían planeado terminar el portaviones para el año 2000, pero fue imposible. Carecían de expertos y tecnología. Así que desde 1994 han comprado pequeños modelos en desuso en otros países. El "Melbourne" de Australia, el crucero "Minsk", el "Kiev", y el "Varyag" de Ucrania. Cada uno de estos modelos fueron según los informes del diario chino The People’s Daily de 2004, desarmados, estudiados y analizados por expertos militares. Posteriormente reformados y puestos como parque de diversiones flotantes en diferentes costas chinas.

Pero si el portaviones es importante, no menos son los submarinos nucleares. En el momento China cuenta con el "Xia-class" o Proyecto 092", un submarino que puede portar cerca de 12 misiles nucleares de alcance mediano. Está desarrollando el 094, un submarino nuclear con capacidad para 16 misiles de alcance intercontinental que podrían llegar sin problema a Rusia o a territorios de los Estados Unidos.

Los gastos militares en China ascendieron del 14.7% del presupuesto en 2006 a 18% en el 2007 -cerca de los 50 mil millones de dólares- . China insiste en que su posición es puramente pacífica y que su incremento se justifica no solo en la mejora de su armamento sino en la inversión de salarios y extras para sus 2.5 millones de miembros. Los expertos no están tan seguros y afirman que la cifra bien podría ser mucho mayor que la divulgada teniendo en cuenta el incremento del gasto militar en la última década.

El secretismo chino siembra profundos temores. Richard Lawless, un importante funcionario del Pentágono advertía hace un par de semanas de la necesidad de un dialogo profundo y sincero con los chinos para conocer sus verdaderas intenciones militares para "evitar futuros errores de cálculo"o, "estar preparados para lo peor". Según Lawless la falta de transparencia en las actividades militares chinas "causarán natural y lógicamente respuestas rápidas que se enfrentan a algo completamente desconocido".

El panorama es complicado: Países del Asia Central, antes soviéticos, queriendo formar parte de la OTAN, que a su vez intenta expandir su influencia para asegurar su suministro energético. Una Rusia dueña de los recursos de gas que fluyen hacia Europa muy incómoda por su paulatina pérdida de influencia y dispuesta a aliarse con China, como lo demostró en una compleja serie de ejercicios militares conjuntos el año pasado. Una China con 900 cabezas apuntando hacia Taiwán y un Pacífico que poco a poco toma conciencia del reto y procura mejores armas.

Así están las cosas.

Saludos,