sábado, 7 de abril de 2007

LOS CIENTIFICOS SON DE MARTE, LOS DIPLOMATICOS DE VENUS

Buenas noches.

Más de 2500 cientificos, 800 coautores y 450 autores se pusieron de acuerdo en un detallado informe de 1572 páginas sobre el cambio climático para ser firmado por 120 países.

Desertificación, sequías, mares que se comen la tierra, millones de afectados. Cultivos que se secan, agua dulce que no corre. Terribles inundaciones, tormentas violentas, erosión costera. Glaciares que se funden, polos derretidos, el Amazonas convertido en sabana, pobres muriendo en los países ricos, y ricos y pobres muriendo en los países pobres pobres.

De un lado científicos armados de modelos climáticos, complejas explicaciones de variables y proyecciones numéricas contundentes: hemos empezado nuestro propio proceso de extinción. De otra parte, diplomáticos recién aterrizados en el aeropuerto de Bruselas, procedentes de otro planeta, uno que no se parece ni por equivocación al de los científicos.

Mientras los científicos decían estar "muy seguros" -- es decir en un 90 por ciento seguros-- de que los sistemas naturales alrededor del mundo "están siendo afectados por los cambios climáticos regionales, particularmente por el incremento en las temperaturas", los diplomáticos de China (el mayor contaminante a partir del 2010) y Arabia Saudita (el mayor productor de petróleo) insistían que el nivel de seguridad debería ser reducido a "casi seguros" -- es decir un 80 por ciento de certeza.

Mientras los científicos protestaban por la ingerencia política en sus cálculos, los diplomáticos se enfrascaban en una frenética carrera por tener listo el documento antes de las 10 de la mañana de Bruselas, hora por supuesto de la rueda de prensa. Un recorte en la tabla de los efectos mundiales si la temperatura sube 1 grado centígrado, otro maquillaje por aquí porque los expertos exageran, y por último mejor quitar las políticas ambientales sugeridas por los científicos porque nadie sabe si realmente funcionen y además dan una sensación diferente al nivel de certeza del informe final.

Al final, el texto fue mediocre y no tan contundente. El informe original por ejemplo, decía que de un 20 a 30 por ciento de las especies probablemente estarían en un riesgo irreversible de extinción "si la temperatura mundial sube de 1.5 a 2.5 grados Celcius". El informe final vagamente se refiere a esta posibilidad. Eso por no hablar de la discusión que se formó porque algunos diplomáticos no estaban de acuerdo en que se incluyera el costo estimado de los daños que provocará el cambio climático - que se calcula por tonelada de dioxido de carbono.

Los científicos fueron categóricos al afirmar que China no se tomaba en serio la amenaza del cambio climático y en cambio, se había dedicado a cuestionar la credibilidad de los 29000 cálculos y proyecciones presentados, y había torpedeado en más de una ocasión apartes importantes del documento. Sin embargo, otra cosa dice Lin Erda, un connotado experto en cambios ambientales, enviado por el gobierno chino para defender su posición: "Todas nuestas sugerencias para mejorar el informe fueron basadas en informes e investigaciones científicas hechas en China y en el extranjero. Todos hemos estado de acuerdo con el resultado. China es una parte responsable de la comunidad internacional. Este país ha tomado y tomará medidas para mitigar y adaptarse al cambio climático."

Estados Unidos, aunque fue mucho más receptivo en esta ocasión, se mostró en contra del texto que se refería a las área de Norteamérica que sufrirán "un cambio económico severo" por cuenta del calentamiento global. El informe hablaba nada más y nada menos que de la sequía del Mississippi y de desastres peores que Katrina. Ya advertidos estaban por National Enviromental Trust que asegura que Nueva York quedará parcialmente bajo el agua si el mar ya ha subido de nivel y hasta sus costas llegara un huracán de categoría 2. El informe continua la tenebrosa predicción con Miami, San Francisco, Sacramento y hasta el mismo Washington incluyendo la Casa Blanca.

Los europeos en cambio, prolongaron la discusión en contra de sus colegas, especialmente los chinos. Exigían que el informe final debía reflejar la necesidad de disminuir la emisión de gases de invernadero y no simplemente, como alegaban Arabia Saudita, China y Rusia, "adaptarse a las nuevas condiciones".

Sin embargo, la sorpresa de la noche llego por boca del enviado ruso, Oleg Anisimov, que no tuvo ningún iconveniente en afirmar que "el cambio climático no será tan malo para Rusia porque traerá un clima mucho más templado y gastarán menos dinero en calefacción", a parte por supuesto de "aumentar la producción en nuestros campos".

La próxima reunión del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático será el próximo mes en Bangkok, Tailandia. Según Hans Verolme, presidente del WWF, la reunión será mucho peor porque discutirá el daño económico que provocará el cambio climático. Muchos gobiernos, especialmente de los países petroleros y los más contaminantes, no están por la labor de aceptar cualquier idea que se interponga entre el crudo, la industria y sus bolsillos.

Mientras unos y otros se ponen de acuerdo, quedan retumbando en el cerebro los consejos de Stephen Scheneider de la Universidad de Stanford en una entrevista a una cadena británica: "No ser pobre en un país caliente, no vivir en un corredor de huracanes, estar vigilante si está en la costas o en el Artico y procurar no vivir en una montaña".

El Mirror de Inglaterra lo resume mejor en su titular: "Bretaña sería más templada y próspera después de que el calentamiento global provoque desastres en los países pobres". "Millones de los más pobres del mundo sufrirán escasez de agua, daños en sus cosechas y hambre - mientras el Reino Unido disfrutará de soleadas temperaturas y la agricultura florecerá con nuevos cultivos de verano como frutas exóticas.."

Hasta en eso, los ricos tienen más suerte.

Saludos,