Pero vamos a ver quien es al Salabi. Salabi es hijo de un banquero libio comprometido con la Hermandad Musulmana. Estuvo preso a sus 18 años por conocer los planes de un complot para asesinar a Gadhafi. Pocos años después salió hacia Sudán y Arabia Saudita para continuar educándose. De allí saltó a Doha donde se unió a un grupo de teológos islámicos apoyados por la realeza qatarí. Al Salabi volvió a Libia y se hizo cargo de un programa de "desradicalización" de militantes islámicos. Posteriormente, el clérigo escribió junto a otro autor un libro que fue publicado con apoyo del emirato qatarí y ampliamente difundido por al-Jazeera. El otro autor, Abdel Hakim Belhaj, el combatiente que interrumpió la reunión de los rebeldes.
Asi pues, Qatar, ampliamente implicado, fue el primero en reconocer al Consejo Nacional de Transición de Libia, apoyó la resolución de Naciones Unidas para la imposición de una zona vetada para los vuelos, y como no, los bombardeos de la NATO hacia objetivos militares en territorio libio.
Según los relatos, a medida que la violencia iba escalando en Libia, Occidente se dió cuenta de que los rebeldes no podrían hacer nada sin organización ni armas, pero ni Europa ni Estados Unidos querían verse implicados en semejante misión. En ese momento Qatar estuvo a gusto con cumplir el papel, y comenzó a enviar armas desde abril con el consentimiento de Estados Unidos, el Reino Unido y los Emiratos Árabes.
Fueron los qataríes quienes formaron los centros de comando rebelde en Benghazi, Zintan, y luego en Trípoli. Los rebeldes fueron entrenados, según otro coronel qatarí, por 30 oficiales de una grupo internacional que incluía a británicos, franceses, y estadounideneses. Desde abril hasta la caida de Trípoli habrían arribado a Libia 18 aviones de carga llenos de rifles de asalto, lanza granadas, uniformes militares, vehículos y todo lo necesario. Pero esa cantidad de armamento no habría llegado a todos los rebeldes. En mayo los combatientes que no pertenecían al círculo de al-Salabi, se quejaban por la falta de elementos y sobretodo de medicinas para curar a sus heridos. De 18 aviones, solo 5 realmente se canalizaron a través del Consejo Nacional de Transición.
Para el verano, el Consejo y occidente, comenzaron a preocuparse por los informes que decían que los qataríes estaban empoderando a fuerzas islámicas. Entretanto, Trípoli ya había comenzado a cambiar. La plaza principal fue nombrada en honor a Qatar y en muchos lugares comenzaron a colgarse fotos de los emires qataríes, en el mismo lugar donde antes se colgaba la de Gadhafi. Muchos se preguntan, dónde termina la ayuda y dónde comienza la interferencia. Por eso, la OTAN se ha apresurado a salir del panorama. Del resto se encargarán los qataríes.