viernes, 21 de octubre de 2011

LIBIA: Realmente, ¿Quién tumbó a Gadhafi? (I)

Cayó el Coronel Moammar Gadhafi, hay fiesta en Trípoli, luto en Caracas, y muchas, muchas interrogantes sobre el futuro libio. Esa incertidumbre, que no es otra cosa que la ignorancia de occidente y el reflejo de la inquietud de los precios del petróleo sobre la economía mundial, para otros sin embargo, es bastante clara. La historia de esta semana, nos traslada a varios escenarios: Trípoli, Paris, Washington y el emirato de Qatar – minúsculo país pero poderoso en el contexto árabe.

Según los cables que llegan de Medio Oriente y de otras fuentes occidentales, la semana pasada se realizaba en Trípoli una reunión importante entre los líderes de varias facciones que combatían en Libia para unificar un comando de cara a la próxima victoria. Todo iba de maravilla, hasta cuando por una puerta aparecieron dos personajes. Uno de ellos , Abdel Hakim Belhaj, un combatiente islámico capturado en 2004 por la CIA pero ahora convertido en uno de los comandantes militares más importantes. Hakim, acusaba a los otros líderes de estarlo aislando y les advirtió que nunca podrían hacer nada sin él.

El otro visitante, dicen, miraba sin musitar palabra. Se trataba del Mayor General Hamad Ben Ali al-Attiyah, Jefe del Estado Mayor de Qatar. Lo cierto es que la reunión terminó y no se pudieron poner de acuerdo. Como quien dice la muerte de Gadafi llega en medio de una disputa intestina de poder entre los combatientes.

La presencia del qatarí , que dejó boquiabiertos a los testigos del encuentro, dejó en claro la mano del gobierno de Qatar en el proceso del derrumbe de la muerte de Gadafi. Para los que sabían, era simplemente una cuenta de cobro por la ayuda recibida. Y es que la ayuda de decenas de millones de dólares, unidas a entrenamiento militar y a por lo menos 20,000 toneladas de armas, llegó directamente desde Doha. Por supuesto, los qataríes no estaban solos, detrás, Estados Unidos, otros países occidentales, y como no, algunos libios.

Esa presencia qatarí tiene pensando a muchos que conocen a fondo los lazos de de Qatar con islamistas libios. Así pues que los seculares, tecnócratas expatriados, y ex funcionarios del régimen, que esperan formar parte de una democracia, están acusando a Qatar de estar favoreciendo a los movimientos islámicos en la esfera del poder.

Lo cierto es que desde Qatar llegaron por avión a Libia lo menos 18 embarques de armas para los antigadafistas. La gran mayoría de estas armas no pasaron por el Consejo para la Transición Nacional, el coordinador de las fuerzas rebeldes. De ahí el pedido desesperado del CTN para que otros países suspendieran el peligroso envío de armas a las fuerzas combatientes, por otros medios diferentes. Como si fuera poco docenas de cargamentos de municiones fueron enviados también desde Qatar por barco a través de Sudan.

Los qataríes han negado haber armado a sus grupos favoritos aprovechando el caos. Por supuesto, tampoco comentan sobre el envío de armas, en cambio repiten estar a favor de una Libia democrática representada por todas las facciones.

El jeque árabe qatarí, Hamad Bin Khlaifa al-Thani, trata de tranquilizar a los libios sobre el apetito de Qatar para manejar las importantes reservas de gas de este país del norte de África. En cambio, argumenta que el objetivo al apoyar las revueltas populares en otras partes es el de promover su visión política, que en una región ampliamente islámica, pueda modernizar y empoderar al mundo árabe.

No hay que olvidar que Qatar siempre ha vendido la imagen de ser la mezcla perfecta entre los ideales islámicos y la modernidad. De allí salió al-Jazeera que se convirtió rápidamente en un duro rival para las cadenas de noticias occidentales. Doha ha adoptado en su territorio universidades, laboratorios e importantes grupos de la crema y nata de Occidente. En Qatar existe un Comando Central de Estados Unidos, y es el único país árabe que tiene una Sección de Intereses Israelíes. Sin embargo, de otro lado, también tiene importantes nexos con Hamas y Hezbollah.

En últimas Libia se convertirá en el laboratorio del experimento Qatarí. Los libios no hubieran podido sin Qatar, y Qatar a su vez consultaba con el poderosísimo clérigo libio, Ali al-Sallabi, quien determinaba hacia donde debía ser dirigida la ayuda.