martes, 13 de enero de 2009

CHINA-VIETNAM: la invasión silenciosa de Tonkin

No acabo de llegar de Camboya, - les debo el informe- , y me encuentro con la invasión silenciosa de China al norte de Vietnam, como no, con el beneplácito del Partido Comunista vietnamita, a cargo de los destinos del país luego de la conocida Segunda Guerra de Indochina, una guerra que incluyó a mis tres países asiáticos favoritos: Laos, Camboya y Vietnam, en los años 70.

El asunto ha tomado por sopresa a una sociedad vietnamita que gracias al desarrollo de los últimos tiempos ya no traga entero. Y es que sendos equipos de diplomáticos de Vietnam y China han anunciado un acuerdo final para demarcar la frontera de 1350 kilómetros que ha despertado tanta animadversión entre los dos gobiernos. Aunque la comunidad internacional bien puede ir chuleando en el mapa de conflictos la disputa por la estratégica frontera, los vietnamitas no piensan lo mismo.

Los estudiantes e intelectuales vietnamitas, desde Hanoi a Ho Chi Minh, se niegan a aceptarlo y simplemente ven en el trato una nueva forma de imperialismo, esta vez chino, que amenaza con comerse políticamente a Vietnam. Curiosamente, la misma sensación que tienen en Camboya sobre sus vecinos vietnamitas y el mismo sentimiento que comparte Laos con relación a sus vecinos (esa es otra historia).

La estratégica frontera ha estado en el tapete de la disputa desde hace mucho tiempo. Durante el siglo 19, la administracion colonial francesa, en representación de Vietnam, y la dinastía Qing en representación de China, concluyeron un tratado que delineaba los límites con 333 mojones. La frontera se mantuvo hasta cuando China invadió a Vietnam en 1979 en un conflicto corto pero sustancioso. La guerra terminó, el ejército chino retrocedió pero permaneció en lugares que ya pertenecían a Vietnam. Así que cuando los dos países reiniciaron relaciones en 1991, todo quedó en veremos. Nunca definieron hasta dónde iba Vietnam y hasta donde iba China.

Beijing, pretendió, solo pretendió, una y otra vez solucionar problema, pero luego de muchas dilaciones, fue hasta 1997 cuando Jiang Zemin, el jefe del Partido Comunista Chino en esa época, insistió en que el acuerdo fronterizo debería ser sellado antes del 1 de enero de 2000. Curiosamente, la negociación fue firmada entre Do Muoi, entonces Presidente de Vietnam y el contraparte chino, a las 2300 horas del 30 de diciembre de 1999.

Entonces nadie lo supo. El gobierno de Hanoi fue suficientemente hábil como para mantener en secreto el acuerdo con China. Las estrictas autoridades vietnamitas se encargaron de poner en la cárcel a los activistas demócratas que se dieron cuenta de la trampa. El gobierno de Hanoi, presionado por China, y en la premura de cerrar el acuerdo antes de las primeras horas de 2000, olvidó un asunto de vital importancia: No precisó la localización de los nuevos mojones en la frontera. Todo quedó en suspenso. Así que el año pasado, Beijing volvió a insistir. Quería que de una vez por todas la frontera quedara bien definida el 31 de diciembre de 2008, y como la vez anterior, el acuerdo fue firmado unas horas antes de iniciar 2009.

Los habitantes de Halong y de otras ciudades cercanas a la frontera de China y Vietnam aseguran que muchos de los mojones fueron movidos por soldados chinos durante las noches, y como si fuera poco, han anunciado que el reasentamiento de chinos en el norte es sistemático. El fenómeno no es nuevo, ya palpable en 1995 durante mi primera visita al Golfo de Tonkin.

Las negociaciones secretas han causado mucho malestar. El ruido de botas en Vietnam se deja sentir especialmente en las riveras del río Bai Tuc Lam, en pleno Golfo de Tonkin. Simplemente, los militares no están de acuerdo con la cesión de unas tierras que costaron sangre vietnamita luego de dos décadas de conflicto. Ni Beijing ni Hanoi, dan detalles exactos del nuevo mapa de los dos países y muchos temen que dentro de territorio chino hayan quedado la histórica puerta de Ai Nam y las cataratas Ban Gioc, dos sitios culturales reconocidos de Vietnam.

El asunto va mucho más allá y seguro escucharemos de él en unos meses. El problema para Hanoi es cómo conservar el poder del Partido Comunista en un Vietnam moderno, sin tener que ceder su territorio a China, y es que Tonkin no es el único problema. Actualmente hay por lo menos 4 disputas territoriales importantes entre los dos países. El Golfo de Tonkin, un área supremamente rica en recursos marinos y estratégicamente incomparable es una de las preseas que China intenta arrebatar. Beijing se encuentra invadiendo la zona económica vietnamita, y Hanoi se encuentra amordazada, aún para denunciar el hundimiento de barcos pesqueros vietnamitas por cuenta de la armada china.

El segundo punto en disputa son las islas Paracel, que China tomó de Vietnam en 1974. Hanoi guarda silencio y prefiere no hablar mucho sobre quién realmente ocupa las islas. La razón: Las islas Paracel en realidad pertenencían a Vietnam del Sur pero el comunista Vietnam del Norte aprobó la invasión del archipiélago por parte de sus aliados chinos.

Las islas Spratly, reclamadas por Vietnam, China, Taiwan y parte por otros países asiáticos, también son objetivo chino. A finales de 2007, China avanzó anexando las islas Spratlys y las Paracels. Hanoi como siempre procedió de forma extraña, protestó por el movimiento chino pero arrestó a todos los estudiantes y blogueros que protestaron contra Beijing.

La cuenca de Nam Con, rica en petróleo y gas, justo al sur de Vietnam, está en su zona exclusiva, sin embargo, China presionó el año pasado a la Exxon Mobil para retirarse de una conseción energética previamente aprobada por Vietnam. No pasó mucho tiempo antes de que la Corporación Nacional China de Petróleo (CNOOC) anunciara un plan de US$29 mil millones de dólares para desarrollar depósitos de petróleo a través de la disputada zona del Mar del Sur de China, incluyendo por supuesto la Cuenca Nam Con Son, a unos 240 kms. de Vietnam y a 1600 kms de China continental.

Según analistas políticos vietnamitas, varias son las reuniones que Nguyen Minh Triet, presidente de Vietnam, ha sostenido con comandantes del ejército en la zona de Danang, desde donde se ejerce la soberanía de los archipiélagos, para recordarles que antes de cualquier movimiento deben esperar órdenes del gobierno central. Los militares observan inquietos las muchas incursiones chinas en aguas territoriales vietnamitas y cómo la sociedad en general comienza a agitarse y a preguntarse asuntos que antes no se hubieran atrevido.

El Vietnam de los años 90 es totalmente diferente al de los años 2000. La imagen del gobierno vietnamita se ha deteriorado por cuenta de la vasta red de información y comunicaciones que ha abierto Internet, y hoy más que nunca muchos son concientes del gran desafío que implica mantener la integridad territorial de Vietnam. China seguirá con su propaganda de "soft power", ampliamente difundida durante el bombardeo publicitario de los Olímpicos 2008, mientras realmente se prepara para el dominio total de gran parte de Asia.


Saludos,