lunes, 19 de enero de 2009

BUSH: No tan desastroso como se cree

Obama se posesionó y aunque la euforia parece ser el común denominador por lo menos en los primeros días que se avecinan, es inevitable que el nuevo presidente de Estados Unidos mire en el retrovisor la imagen del vilipendiado hoy expresidente George Bush.

Y aunque todos esperan que el nuevo presidente encuentre una página en blanco sobre la cual escriba, pocos recuerdan que los ocho años de George Bush no fueron sino el resultado del terrible 11 de septiembre. El 20 de septiembre de 2001, Bush dijo lo que tenía que decir ante una nación paralizada por el terror: " Destinaremos todos nuestros recursos - toda nuestra diplomacia, cada arma de nuestra inteligencia, todo instrumento para la aplicación de la ley, toda nuestra influencia financiera, y cada una de las armas necesarias de guerra - para desbaratar y destruir las redes mundiales del terror". "No claudicaremos, no descansaremos, no retrocederemos en esta lucha por la libertad y la seguridad de los americanos".

En ese momento, su promesa fue proteger a sus ciudadanos de otro 9/11. Y sí, aunque la historia juzgará, lo cierto es que Bush no descansó: Afganistán, Irak, Guantánamo, el Medio Oriente y sus broncas con Europa no son otra cosa que el resultado de aquel día. Bush cumplió lo que prometió: por más de que Osama bin Laden se halara las barbas y pronunciará tenebrosos discursos desde las montañas prediciendo el tormento al "Gran Satan", no se produjo un nuevo atentado en territorio estadounidense. Al Qaeda tuvo que buscar literalmente ratoneras huyendo de los bombardeos en Afganistán.

Hoy nadie recuerda las amenazas del antrax, y el Acto Patriota sancionado en el congreso por demócratas y republicanos a las pocas semanas del 11 de septiembre de 2001. La decisión más difícil quizá fue la invasión de Irak, que era perfectamente lógica de acuerdo con la doctrina de la Ley Patriota. Hoy sabemos lo que entonces Bush y todos los políticos en Estados Unidos desconocían, y que los espías sí sabían. Que las dichosas armas de destrucción masiva, de las que tanto se jactó Saddam Hussein para amedrantar a sus vecinos, realmente no existían. Entre tanto, en medio del caos, el archienemigo del "imperio" Mohamar Ghadafi abandona su programa nuclear, que para sorpresa de todos, estaba más avanzado de lo que se suponía. Como si fuera poco, en 2004, fue desbaratada completamente la sofisticada red de tráfico de armas nucleares entre Pakistán, Libia, Irán y Corea del Norte a cargo de Abdul Q. Khan un eminente científico paquistaní.

Aunque a Bush no le fue mal en Asia Central luego de suavizar las fricciones entre India y Pakistán -ahora deterioradas por el atentado en Mumbay-, sí le fue mal con Irán: dejó el problema en manos europeas y Naciones Unidas, y al final Irán logró el suficiente camuflaje para construir su anhelada bomba. Tampoco le fue bien con Putin pero en cambio apoyó democracias jóvenes como la de Ucrania y Georgia; también le fue bien con Europa. Francia, Alemania y el Reino Unido, concientes del riesgo energético al depender completamente de Rusia, prefirieron acercarse a Washington, aunque criticaran los vuelos secretos de la CIA a través de su territorio.
En Asia el periodo Bush arrancó mal cuando un avión no tripulado fue derribado en territorio chino. Sin embargo, nunca las relaciones con China habían sido más estables y amigables. Bush selló una importantísima alianza de seguridad con India, y estrechó su amistad con Japón, Corea del Sur y Australia; una relación que Asia ve como importante para frenar las intenciones expansionistas chinas.

Para muchos Bush cumplió el papel que debía contra el terror y las armas de destrucción masiva. Sin embargo, nadie niega que la persecusión de su objetivo de defensa a ultranza haya sido controvertida y sobretodo muy costosa.

Obama en este nuevo periodo que comienza no podrá empezar de cero y tampoco podrá desechar ni desvirtuar el difícil terreno ganado por la administración Bush. Obama se enfrenta a una gran cantidad de problemas, empezando por su prometido cierre de Guantánamo. Quedarán 250 detenidos de alta peligrosidad, que quizá finalmente no sean liberados, a punto de regresar a las filas de Al Qaeda. Simplemente, la evidencia recogida en medio de las operaciones militares muchas veces conlleva métodos de inteligencia militar clasificados que podrían poner en riesgo toda la política antiterrorista en el futuro y que no podrán ser discutidos ni aprobados por tribunales civiles

Europa tan poco podrá negarlo. La lucha antiterrorista ha sido titánica y el éxito de haber desactivado muchas células radicales en España, Francia, Alemania y el Reino Unido, no ha sido gratuita. Mientras los dirigientes europeos cómodamente observaban y criticaban desde sus despachos, eran Bush y el pueblo norteamericano los que dejaban el pellejo y el dinero para evitar otro atentado de terribles proporciones.

Así pues que es posible que muchos extrañen al "tirano y fascista" George Bush, y que al final la historia le de un lugar mucho más honroso que el que muchos quisieran.
Saludos,

Caricatura: Marshall Ramsey, Jackson Mississippi, The Clarion Ledger.