miércoles, 19 de noviembre de 2008

Piratas y Al qaeda: el control de la ruta del petróleo.

No hay como controlar la situación en el Océano Indico. Los ultimos átaques entre el Golfo Aden y la costa oriental del África han sembrado el pánico entre los dueños de los barcos y los gobiernos asiáticos. No hay nada más que hacer. La única opción abierta sería la militar con una bien coordinada acción humanitaria en Somalia, que por experiencia sabemos que no da buen resultado. Sencillamente, Somalia es un país fallido.

El Foro de Navieros Asiáticos, que reune 13 asociaciones navieras de países como Japón, Corea del Sur, y el Sureste de Asia, son los dueños del 40% de la flota mercante mundial. La preocupación es grande, mucho más si se tiene en cuenta que los piratas atacan por lo menos 10 veces por semana.

La piratería en la costa este africana acabó con la industria de cruceros por esa zona del mundo, y de paso con la fuente de sustento de miles de familias africanas. Ahora, pretende acabar y de paso disparar el precio del petróleo, mediante el secuestro de tanqueros repletos de combustible. El último trofeo de los piratas es nada más y nada menos, el Sirus Star, secuestrado desde la semana pasada, con todo y sus 2 mil millones de barriles de petróleo.

Y mientras el mundo se asombraba ante la audacia de estos corsarios modernos, otros piratas se hicieron al Delight, un carguero de 43 mil toneladas que llevaba un gran cargamento de trigo hacia Irán, y un pesquero tailandés con 16 marinos. Entre todo el paquete, cayeron un barco ucraniano que llevaba 33 tanques de guerra completamente armados que iban para el sur de Sudán. Son por lo menos 16 barcos y 250 marinos se encuentran literalmente secuestrados sin que nadie se atreva a hacer nada.

Otros han corrido mejor suerte. El tanquero sur coreano Stolt Valor, fue liberado luego del pago de US$1.1 millones de dólares. Pero inmediatamente, fue secuestrado un tanquero japonés , el Chemstar Venus, por el que pueden llegar a pedir alrededor de los dos millones de dólares. La jugosa actividad de la piratería ha dejado por lo menos 90 barcos secuestrados por los que se han pagado más de US$30 millones de dólares. Nada despreciable.

La respuesta ante estos modernos piratas, que van armados hasta los dientes y en lanchas que desamarran desde un buque nodriza, han llevado a que algunos países decidan enviar sus fragatas de defensa a aguas internacionales. El pasado 11 de noviembre un barco de guerra indio logró hundir en pleno Golfo de Aden un barco nodriza pirata que se disponía a atacar a un carguero de ese país.

El Primer Ministro Japonés, no se ha quedado atrás y dice que se propone a buscar un cambio en la ley japonesa que le permita enviar barcos de guerra de la Fuerza Marítima Japonesa al Golfo de Adén y aguas circundantes. El asunto no es fácil. Por constitución Japón no puede despachar ninguna unidad de sus Fuerzas de Defensa al extranjero salvo para asuntos humanitarios. Corea del Sur, planea enviar un destructor y fuerzas navales también al Golfo de Aden. La idea, según Yoon Young, almirante de la armada sur coreana, es unirse a una fuerza multinacional para patrullar el Mar de Arabia y al Océano Índico.

La Unión Europea decidió el pasado 10 de noviembre el envío de barcos de guerra al Océano Índico. La operación, que se ha llamado Operación Atalanta, es la primera acción conjunta de europa unida de tipo naval. Entran en la alianza internacional barcos de la OTAN, Estados Unidos, Canadá, Turquía y Rusia.

En Hong Kong, que no son nuevas víctimas de los piratas africanos, que llevan décadas haciendo de las suyas pero sin tanta técnica, la Asociación de Navieros dice que el ataque en el Sirius Star demuestra que los piratas, cuyo poder había sido sistemáticamente subvalorado, han extendido sus dominios y se han apoderado de la ruta del petróleo entre el Golfo de Arabia y Europa, y Estados Unidos.

Algunas navieras han adoptado por evitar el Golfo de Aden completamente y navegar por el Cabo de la Buena Esperanza - por la punta de África -, subiendo así los costos de transporte que tarde o temprano se reflejarán en las billeteras del consumidor, y en nuevas reglas que regulen la protección al comercio marítimo internacional.

Los piratas africanos se han hecho poco a poco a las rutas del Índico desde 1970, y el problema es tan grave que ha llegado ha ser considerado tan peligroso como el terrorismo, y parte de los desafíos que enfrenta la civilización y el orden internacional.

Los expertos dicen que incluso, la moderna piratería puede marcar precedentes que incidan en las leyes internacionales. Por ejemplo, hay quienes piensan que el país dueño del buque capturado puede demandar ( a quién? me pregunto) basado en el principio de "jurisdicción universal", que es palabras más, palabras menos, la idea de que cualquier estado puede acusar y castigar conductas que violen normas internacionales.
Dice Amnistía Internacional: "Tradicionalmente, los tribunales de un Estado sólo tenían jurisdicción sobre las personas que habían cometido un crimen en su propio territorio (jurisdicción territorial); pero, con el paso del tiempo, el derecho internacional ha ido reconociendo que los tribunales pueden tener ciertas formas de jurisdicción extraterritorial, como son las que se ejercen sobre los delitos cometidos fuera de su territorio por los nacionales de un Estado (jurisdicción respecto de la persona activa), sobre los delitos contra los intereses esenciales del Estado en materia de seguridad (jurisdicción por el principio de protección) y, aunque en este caso la jurisdicción sea rechazada por algunos Estados, sobre los delitos cometidos contra los nacionales del propio Estado (jurisdicción respecto de la persona pasiva)".
En el caso de la piratería en alta mar, la Jurisdicción Universal invoca el derecho a que los tribunales de un estado ejerzan en nombre de la comunidad internacional la jurisdicción de delitos graves comprendidos en el derecho internacional y de motivo de preocupación internacional. Hasta ahí todo pareciera claro de no ser porque es en este punto que entra a jugar los derechos humanos. La utilización de fuerzas militares contra criminales comunes está considerada un delito. En Gran Bretaña, concluyeron el pasado abril que detener a estos piratas, constituiría un acto de violación de sus derechos humanos e incluso muchos se sorprendieron con la teoría de que incluso podrían pedir asilo. Ni modo de devolverlos a Somalia, donde serían probablemente mutilados bajo la ley de Sharia.

Los piratas actuales son violentos, mercenarios, rápidos, bien entrenados y con un grado de organización que envidiarían muchas flotillas y seguramente se necesitará mucho más que la diplomacia para acabar con semejante flagelo.
Pero hay algo que no cuaja bien en esta historia. Hablamos de Somalia uno de los países más miserables del mundo, con una flota de piratas muy bien armados, con armas sofisiticadas que han puesto en jaque a la ruta del petróleo. Es extraño que hasta el momento nadie se haya preguntado de dónde viene todo el entrenamiento y el dinero para el estupendo desempeño logístico y militar de los piratas.

Pues bien, The Jawa Report, una página web que le sigue la pista a la Jihad, establece que Al Qaeda ha reconocido que está detrás del aumento de la piratería en las costas africanas. La razón, según Oliver Guitta, un reconocido consultor contraterrorista, es que Al Qaeda necesitaría tomar control absoluto del Golfo de Adén y de la entrada sur al Mar Rojo, una zona estratégica para continuar su lucha.
El comunicado de abril de este año destaca que "se dieron algunas órdenes a los muyahidiin, para que controlaran las vías de navegación marítimas, en particular, en la península árabe". El terrorismo marítimo requiere, según el documento, "una nueva estrategia según la cual los muyahidiin" tomen" los buques comerciales, turísticos y petrolíferos, sucesivamente, desde hace un año". Según esta estrategia, "los combatientes, que aspiran a instaurar el Califato, deben dominar los mares y las vías de navegaciones". Y finaliza diciendo que "el enemigo no podrá proteger sus bases dispersadas sobre tierra firme, en la península arábiga, sometidas a los ataques de los muyahidiin, si sus vías marítimas quedan debilitadas por actos de piratería".
Así pues se abre otro nuevo frente contra la lucha terrorista. Habrá que ver hasta donde nos lleva.
Saludos,