El resultado que será publicado en Pediatrics, una publicación especializada de la Academia Americana de Pediatría, establece que la exposición a video juegos violentos fue una causal de factores de riesgo hacia la agresión y la violencia en 364 niños estadounidenses de los 9 a los 12 años y en 1200 niños japoneses de los 12 a los 18 años.
Lo que encontraron en todas las muestras, es que entre más video juegos violentos se practican en los primeros años de la escuela, más actos violentos se registran durante el año escolar. Los investigadores estudiaron los hábitos de los niños que tenían acceso a ese tipo de pasatiempo y su impulso de agresión física durante dos épocas diferentes de su actividad académica.
Para rebatir la teoría, los dueños de la multimillonaria industria de los video juegos, quienes insisten que aunque en Japón los niños tienen acceso a ese tipo de videos y los niveles de violencia son bajos, Anderson se unió con Akira Sakamoto, un importante Profesor de Sicología de la Universidad de Ochanomizu en Tokio, para poder estudiar el impacto de la violencia por los videos en ambas culturas.
La conclusión tanto en la investigación en los Estados Unidos como en Japón, indicó que aunque los videos violentos no crean mentes como las de quienes cometen masacres en los colegios y universidades estadounidenses -algo que yo aún rebato-, sí crean oportunidades para estar vigilantes ante lo que ellos consideran un enemigo, a practicar formas agresivas de respuesta a un conflicto, y a ver la agresión como algo perfectamente aceptable. Es decir, explica el sicólogo, un empujón inocente en un corredor, puede llevar a una respuesta desproporcionadamente agresiva del afectado.
En la Universidad de Michigan, el Dr. Rowell Huesmann, director del Centro de Investigadores del Instituto de Investigaciones Sociales, dice que los resultados del estudio son "una muy buena evidencia" teniendo en cuenta que el estudio de Iowa estableció relación con los pacientes antes y después de sus comportamientos agresivos.
Sin embargo, en el Hospital General de Boston, el Dr. Cheryl Olson piensa diferente. Cree que algunos tipos de video juegos violentos afectan a solo cierto tipo de niños. Por supuesto, tampoco falta la opinión de los fánaticos que rechazan por completo la validez del estudio y argumentan, sin ningún otro tipo de planteamiento, que hay que verlo desde la otra cara de la moneda. Es decir, que también existe la posibilidad de que esos juegos violentos sean positivos porque ilustran las diferencias entre el bien y el mal.
Me pregunto qué pasa con la mente de un niño de 12 años que crece con los dedos pegados a los comandos de un juego que lo entrena para matar o hacer daño a personas y a animales virtuales, en situaciones que puen reproducirse en la realidad. La característica del video juego violento es dar puntos de victoria por cada baja que presente en el transcurso de la secuencia. No es pues ningún misterio imaginar que en el mundo real , estos mismos chicos sientan placer ante el maltrato y la tortura.
La Universidad de Chicago acaba de dar a conocer otra investigación realizada en adolescentes con historial de agresividad emocional y física hacia otras personas. Los resultados fueron preocupantes y es que estos muchachos llegan a sentir placer viendo imágenes de tortura. Algo que pocos creían por cuanto se tiende a pensar que los agresores jóvenes son fríos en el proyecto y el desarrollo del maltrato.
Saludos,
Imagen: Cuando los jóvenes con desórdenes de conductas agresivas miran a otro intencionalmente hiriendo a otro (como cerrar la tapa del piano en la mano), las regiones del cerebro que procesan la información de dolor están activadas, así mismo la amígdala y el estriado ventral -straitum ventral- (la parte del circuito neural relacionada con el proceso de la satisfacción y la vitoria) Universidad de Chicago.