viernes, 1 de febrero de 2008

CHINA: de la fabrica a la mesa, de la mesa al hospital.

10 personas envenenadas esta semana en Japón, parecían ser uno entre los cientos de casos de pastas dentales, juguetes y comida contaminada que salen sin ningún control de las fábricas chinas. Pronto esos 10 pacientes, entre los cuales algunos permanecen en estado de gravedad, fueron la punta del iceberg de una intoxicación masiva en 38 prefecturas japonesas, que involucra hasta el momento a 494 personas.

Esta vez, las “gyozas” – una suculenta empanada que suele acompañar muchas de las comidas – fue de la fábrica a la tienda, y de la tienda a la mesa de los consumidores. El comestible producido por Tianyang Foods venía contaminado con altas concentraciones de metamídofos, un compuesto orgánico fosfatado que aunque se utiliza en China como insecticida, ha sido prohibido por muchos países con el mismo propósito.
El pánico fue inmediato. Al reventar la noticia muchos revisaron los productos de su nevera y mientras los supermercados desechaban miles de unidades de 18 productos del mismo fabricante, los consumidores afectados se dirigían a los hospitales. Las investigaciones periodísticas de varias cadenas de televisión daban cuenta de un asunto todavía más preocupante. Los más importantes fabricantes de comida congelada en Japón se abastecen de productos chinos.

La reacción china fue previsible pero no por ello desconcertante. Liu Jianchao, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, informó que las pruebas en productos relacionados con la intoxicación en Japón no mostraban rastros de pesticidas y sugirió que los japoneses habían envenenado el producto.

Pero mientras en Japón las gyozas preocupan, la misma China enfrenta una crisis de salud importante luego de descubrirse que una gran compañía farmaceútica de propiedad del gobierno chino, había vendido medicinas contaminadas para los pacientes de leucemia, dejando a por lo menos 200 de ellos paralizados.

Las pistas de la grave contaminación de la medicina surgieron durante el verano del año pasado cuando algunos pacientes que recibieron metrotexato, experimentaron dolores en las piernas y parálisis. Aunque en un principio las autoridades chinas negaron la existencia del problema finalmente aceptaron que dos de las medicinas usadas contra el cancer estaban contaminadas con otra sustancia antitumoral. Se supo entonces que la farmacéutica Shanghai Hulian había estado reciclando sobras de la produccion de metrotexato para recortar costos.

La misma farmacéutica provee en su totalidad a los Estados Unidos de mifepristona, conocida como la píldora abortiva. Aunque la planta para la producción de los productos anti leucémicos esta en un edificio diferente, todos, incluyendo la FDA guardan silencio, se abstienen de comentar qué otros productos vienen de la misma fábrica y se limitan a informar que la farmacéutica ha pasado las últimas pruebas de control de calidad.

Las autoridades chinas dicen haber cerrado el edificio de la fábrica en cuestión y arrestado a sus ejecutivos, pero lo que no se informa por ninguna parte es cuántas unidades del mismo producto antitumoral salieron, bajo la marca Shanghai Hulian o la de su casa matriz, bajo qué nombre y con destino a qué países.

China exporta relativamente poco en términos de medicinas terminadas pero es el mayor productor de ingredientes activos, los químicos que son necesarios para la produccion de medicinas. En 2005, según un informe de Credite Suisse, China vendió USD$4.4 mil millones de dólares, equivalentes al 14% del mercado mundial. La siguen de lejos Italia e India.