sábado, 1 de diciembre de 2007

RUSIA - De Putin a Putin

Buenos días,
Rusia se alista para una de las elecciones mas controvertidas de los útimos tiempos y hoy 1 de diciembre, el “día del silencio”, los rusos debaten con vodka o sin ella, lo que les espera a futuro.

Aunque el Presidente de Rusia, Valdimir Putin, no se ha mostrado muy a gusto, han llegado cerca de 350 observadores internacionales que prometen estar al tanto del buen desempeño de las elecciones parlamentarias. A los observadores internacionales se han unido por lo menos 1 millón 500 mil observadores locales que tendrán a cargo unos 96000 puntos de votación.
Vladimir Putin quiere manterse un poco más en el poder y ha sido investido por las marchas pro Kremlin como “líder nacional”. Todos, por lo menos los más influyentes, le ruegan que permanezca en el poder.  Como hierba han proliferado desde hace un tiempo por las calles de Moscú lemas de campaña que no solo adornan las paredes, sino que se redestribuyen por los casilleros electrónicos de los expatriados rusos: “El Plan de Putin -- El Futuro de Rusia”.

Putin quiere asegurarse de que su partido Unificado de Rusia, del cual es el candidato principal, gane por una gran mayoría en las elecciones parlamentarias a costa de la advertencia de que “la oposición quiere que Rusia regrese a la humillación, la dependencia, y la desintegración que siguieron al periodo de la Unión Soviética”.

El afán de Putin no es otro que permanecer como sea en el poder luego de 2008, cuando termina su segundo periodo político. La idea, dicen los analistas, aunque Putin asegure lo contrario, es implantar un nuevo poderoso sistema político que se libre de una vez por todas de los gajes de la democracia: los opositores problemáticos, las transiciones presidenciales complicadas y por supuesto, las elecciones democráticas que promueven el desorden.

Olga Krystanovskaya, director del Centro de Altos Estudios en la Academia Rusa del Instituto de Ciencias de la Sociología, ha dicho en una entrevisa al diario Izvestia que el actual proceso ha sido creado paciente y cuidadosamente por el actual presidente ruso y sus aliados, desde lo más bajo hasta lo más alto del tejido social, tal como si se tratara del resurgimiento de un nuevo partido comunista o de un nuevo Politburó.

Putin no ha tenido ningún problema en confirmar las más temidas sospechas de sus detractores y asegura que Rusia necesitará una mano firme que guíe su política y economía durante los próximos 10 a 15 años, sin duda cruciales para el mundo que se enfrenta a una crisis sin precedentes no solo causada por el cambio climático, sino por la inestabilidad económica que tiene como trasfondo los precios del petróleo, la avidez por los recursos naturales y el descalabro bancario.

Pero Putin no quiere entrar en la liga de los dictadores, y sí que menos quiere parecerse al presidente venzolano Hugo Chávez, cada vez menos popular dentro de la izquierda europea. El presidente ruso necesita verse completamente legítimo y poderoso ante los ojos del mundo y de hecho ha encontrado las opciones más recursivas para continuar. Curiosamente, sus asesores han cambiado sin que muchos lo adviertan, la terminología del proceso electoral del próximo domingo. Ya no son elecciones, es un referendo.

La idea es mantenerlo en el poder como sea, aunque el mismo Vladimir Putin haya asegurado que no violará la constitución para entrar en un tercer periodo consecutivo. Ha surgido la posibilidad incluso de nombrarlo Primer Ministro, uno que sin duda necesitará de un presidente un poco más débil con el que pueda hacer una buena llave. Obviamente Putín es la llave sin la cual la cerradura no podrá actuar.

Otros cálculos predicen un nuevo presidente que esté dispuesto a gobernar un solo periodo para que Putin pueda retomar el poder. Una posibilidad política y técnicamente correcta.

El ruso de la calle le teme al caos que siguió a la desintegración de la Unión Soviética y las repúblicas ahora independientes le temen a una nueva Rusia poderosa y ávida de satélites para jugar su partida geopolítica ante Europa, Estados Unidos y la misma China.

Kosovo toma nota de lo que le espera y ha informado que declarará unilateralmente su independencia el 20 de enero, que esperan sea respaldada en primer lugar por Macedonia, seguida de Francia y Estados Unidos. Naciones Unidas que debe decidir sobre el estatus de la provincia kosovar, parece estar agobiada por la presión rusa y la de occidente. Serbia, gran amiga del régimen Putín hace saber que una decisión unilateral de semejante envergadura provocará inestabilidad política en muchas ex repúblicas soviéticas. La situación se tornará más compleja sin duda, luego de que Putin firmara este viernes la suspensión de la participación rusa en el Tratado de Fuerzas Armadas Convencionales en Europa que limita seriamente la capacidad de desplazamiento y acción de las tropas del Kremlin.

También en la lupa de Putin están los musulmanes del Cáucaso Norte, también conocido como Circasia, y en la lupa de Al Qaeda desde hace tiempo está Rusia. Se sabe de la existencia de jihadistas chechenos que combaten en Iraq, Afganistán y Paquistán y que esperan la oportunidad para “liberar” su propio territorio. Solo basta recordar que Mohamed Atta, tristemente famoso por su ataque a las torres gemelas en Nueva York, iba para Chechenia justo antes de ser encomendado a la misión del 11-9.

El miedo es el arma más poderosa de cualquier gobierno independientemente de su tendencia y en Rusia parece haber jugado a favor de la poderosísima carta de Putin que se cierne sobre el Kremlin. Vladimir Putin es frío y calculador. Tiene poder, dinero y sobre todo mucho petróleo. Lo necesario para ganar la enardecida guerra geopolítica que se nos avecina.

Saludos.
Foto: http://siberianlight.net/ (El Presidente Vladimir Putin durante una prueba de misiles Soyuz )Más información: http://www.interfax.ru/index.html?lang=e
http://www.themoscowtimes.com/indexes/01.html