viernes, 3 de agosto de 2007

Etanol, del hambre a la riqueza.


Buenos días,
Mientras el precio del petróleo se mantiene al alza, las predicciones de un importante analista económico del Grupo Goldman Sachs dicen que para el próximo año a más tardar estaremos pagando US$100 dólares por barril, y el cartel de la OPEP se niega a aumentar la producción para bajarle un poco al precio, aumenta el temor de una recesión sin precedentes a nivel mundial.

Nos preparamos, dice William Endghal autor del libro "Semillas de Destrucción", para una tremenda crisis en los precios de los alimentos. Según él, esta crisis alimentaria vendría de la mano de los altísimos precios del petróleo y de la confusión generada por la bondad de los biocombustibles.
Según Endghal, el mundo esta a puertas de una subida fuerte en los precios de los granos, incluyendo el maíz, el trigo y el arroz, que constituyen el 90 por ciento de los granos cultivados a nivel mundial. De hecho, su precio se ha encarecido en los dos últimos años y continuará en ascenso si se mantiene la tendencia de reemplazar granjas de cultivo para producir biocombustibles. El año pasado, en solo Estados Unidos, los cultivos para biocombustible aumentaron en un 48%.

Los agricultores que hicieron la conversión de granja de maíz alimentaria a granja energética, andan de plácemes. Estos nuevos empresarios productores de etanol a base de maíz obtienen un subsidio de 51 centavos de dólar por galón que se paga a la compañía encargada de mezclarlo con gasolina para la venta. Así, que si la Ley de Política Energética de Estados Unidos sigue vigente, la producción de etanol deberá subir de 4 mil millones de galones en el año 2006 a 7.5 mil millones de galones para el 2012. Poco, si se tiene en cuenta que el plan real del Presidente Bush es llegar a los 35 mil millones de galones de biocombustible para el año 2017.

La gran ironía es que mientras muchos en África y América Latina -donde el hambre abunda- convierten sus granjas a la producción de maíz para etanol, el Instituto de Tecnología de Massachusetts ha aconsejado producir etanol a base de celulosa, es decir, de vegetales que puedan utilizar toda la planta y no solo el grano. Los expertos dicen que la capacidad alimentaria empeorará teniendo en cuenta que están en vías de construcción cientos de plantas de etanol producido a base de maíz. El MIT también ha dicho en enero de este año que el etanol de maíz no tendrá mayor impacto en las emisiones de gas y que por el contrario podrá incidir en un mayor consumo de petróleo porque automáticamente se incrementará la demanda de fertilizantes.
Cada nueva granja que se convierte en Brasil, o en Nigeria, o en Estados Unidos, por poner algún ejemplo, alborota de felicidad a los bolsillos canadienses, rusos y belarrusos, que han visto disparar las ventas de potasa, un poderoso nutriente para las plantas y cultivos. Las reservas más importantes de potasa están en Canadá - con la mitad de los recursos-, en Rusia -con más de un cuarto- y en Belarrusia. Entre los tres poseen el 85% de yacimientos de potasa. Los principales compradores: China y Brasil. Así que para lograr una buena producción de biocombustibles (bioetanol: a partir de caña de azúcar y maíz; y biodiesel: a partir de aceites destilados de la palma, y soya, principalmente) será necesario adquirir millones de toneladas de fertilizantes. Las acciones de las mineras de potasa más importantes subirán como espuma.

Pero en la potasa no se detiene el carrusel del hambre y la riqueza provocado por el bioetanol. De acuerdo a un informe de Goldman Sachs el precio de la potasa podrá llegar a los niveles del hierro, probablemente disparado por la presión de China. Así que los cultivadores de alimentos no tendrán otro remedio que subir sus precios de producción para poder cubrir el nuevo precio de los fertilizantes.
Los resultados, sin que la situación sea todavía alarmante, ya hacen sonar las cacerolas en México, donde el precio de una tortilla de maíz ha subido en un 50%, no dejándole al gobierno del Presidente Calderón otra opción que la de congelar los precios del maíz y de la harina de maíz. No nos faltará mucho para comenzar a pagar precios exorbitantes por las ya costosas cajas de un buen cereal, o por las arepas que vende la señora de la esquina.

Los dos sectores, el de los alimentos y el energético ya no ruedan separadamente. Los alimentos quedaron bajo el control del petróleo, y ahora estarán más limitados por la fiebre de los biocombustibles. No faltara mucho para que podamos predecir los precios de los alimentos. No será sino buscar en la sección de indicadores económicos. El precio del petróleo y de los biocombustibles nos dejarán saber cuanto nos podría costar la próxima caja de Corn Flakes.

Saludos,
http://www.mineweb.net/mineweb/view/mineweb/en/page675?oid=24305&sn=Detail
http://soros-sehablaespanyol-soros.blogspot.com/2007/07/rusia-el-aliento-polar.html
http://www.technologyreview.com/Energy/18173/
http://news.com.com/8301-10784_3-6148505-7.html
http://www.earth-policy.org/
Gráfico: http://www.eia.doe.gov/kids/energyfacts/sources/renewable/images/carboncycle2.gif