Buenas noches,
Fíjese bien en su factura de gas. Podría ser que para el próximo año usted sea de los que la mire y vea que por más que ahorre, la factura sube. Podrá pertenecer usted a una de las familias en países en vías de desarrollo que subsiste para su cocina con una pipeta de gas, por que allí nada de agua caliente, me cuenta Luz Mila. El gas solo para cocinar.
Pues tal y como estaba previsto en el libreto desde enero, se espera que los más importantes productores de gas en el mundo anuncien con bombos y platillos, durante la próxima reunión del Foro de los Países Exportadores de Gas que se celebrará en Doha, Qatar, la formación de un cartel tipo OPEP al que solo ingresarán como en todo club VIP las 14 naciones más ricas en gas.
Por ahora, dicen los expertos, no habrá de que preocuparse, no hay un impacto significativo por lo menos en los Estados Unidos. ¿Y el resto , qué? Eso no se lo preguntan las revistas especializadas. Se les olvida que mucho más de medio mundo está lejos de las centrales nucleares de Europa, Rusia, China, India, Japón o Estados Unidos.
"No hay de qué preocuparse" le dice a las cámaras de las agencias de noticias un analista de la compañía de energía PFC. "En vez de formar un grupo para manipular los precios del gas, los productores solo responden al creciente mercado del gas natural licuado y la intensa competencia en los mercados internacionales".
¿Qué problema va a haber? Además, continua el genio, "como el gas es usado en principio para calefacción y fuente de electricidad, tiene varios substitutos -incluyendo el carbón, y la energía nuclear y renovable - lo que implica que si el precio del gas natural sube mucho, las compañías simplemente cambian de alternativa". Claro, el analista debe referirse a los países más avanzados porque dudo que en cualquier nación africana, asiática, o en la misma América Latina podamos decidir alegremente hoy por una fuente y mañana por la otra.
El cartel estaría formado principalmente por Rusia, Venezuela, Irán, Qatar, Indonesia y Algeria, pero ninguno, argumentan los expertos con la capacidad de manipular como sucede con Arabia Saudita en la OPEP.
Rusia y Qatar se muestran reacios por lo menos de dientes para afuera. Moscú no quiere estar de pelea con Europa y Qatar tiene nexos muy cercanos con compañías estadounidenses. Quedan pues los más ruidosos pero no tan fuertes. Irán está limitado por su propia producción y consumo interno y por problemas de infraestructura. Venezuela, dicen algunos, dentro de unos años importará, no exportará. Pero eso no está tan claro.
Mientras Europa no duerme pensando en el tema, en Sur América se gesta el "eje del gas". En el norte, los impresionantes gasoductos que van de Siberia a Europa y Asia. Por estos rumbos, Caracas-Brasilia-Buenos Aires, sin escalas. El trato parece ya ser un hecho.
El gasoducto, de llegar a feliz término, porque nunca se sabe, tendrá capacidad para 150 mil millones de metros cúbicos y correrá entre Puerto Ordaz en Venezuela y Buenos Aires. El tronco principal se estima en 6603 kilómetros y su longitud total en 9283 kilómetros. Cuesta US$23 mil millones de dólares. La primera fase, la que va hasta Manaos, estará lista en 2010, y el proyecto total estará para 2017.
Chavez sabe que una crisis global energética esta a la vuelta de la esquina, como todos los líderes de esta zona del planeta no desconocen que por lo menos por ahora, las centrales nucleares están fuera de consideración. La idea, que puede ser estupenda si por fin respetamos las diferencias políticas, formaría una red de distribución de emergencia tan importante como la que están tejiendo entre India y China.
Venezuela tiene el 50% de las reservas de todo el continente americano, el 80% de las reservas suramericanas y el 5% de las reservas del mundo. El presidente venezolano afirma que su interés no es comercial -eso lo intuimos-.
Estados Unidos, aunque dice no sentirse particularmente amenazado, ha advertido que si el cartel se forma no tendrá otra opción que la de impulsar al máximo su desarrollo nuclear para surtir sus necesidades energéticas.
La idea tiene perfecta consonancia con el repentino interés de Bush en los bio combustiles y las subsecuentes críticas de Fidel Castro en contra de los mismos. Estados Unidos intenta diversificar sus fuentes de energía para dejar de depender de ese incómodo 60% de sus importaciones de crudo. De lo mismo intenta convencer a Europa probablemente con el objetivo de restarle importáncia política a Rusia que literalmente tiene la llave del abastecimiento europeo.
El tiempo se agota. A pesar de que los exportadores de gas dicen solo estar buscando "cooperación entre ellos", nadie olvida que ese mismo objetivo fue el de la OPEP cuando fue creada en 1960, y miren en dónde vamos. Lo grave del asunto, es que parece confirmarse que de no encontrar un substituto eficiente de los combustibles fósiles estamos condenados al chantaje de los productores.
En América Latina lo tendremos peor, pues al no tener centrales nucleares para el consumo de nuestra propia energía, quedaremos a merced de los caprichos políticos del dueño del balón, quien muy al estilo de la potencia que más critica, respalda y pone candidatos fuera de su esfera geográfica y patea el tablero cuando le da la gana. Las fronteras para él ya no existen.
Saludos,
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