martes, 27 de marzo de 2007

LA IRA DE LOS ORTODOXOS

Tokio, marzo 27, 2007
-Contiene imágenes que pueden causar molestia religiosa-

No hace mucho presenciábamos en Colombia una discusión bastante acalorada entre sotanas y plumas. El motivo de tal trifulca eran las fotos de una preciosa modelo colombiana, senos al aire, y rodeada de políticos y personajes importantes, presidiendo la Última Cena -el cuadro de marras que cuelga en más de una casa y cuya versión orginal es del Maestro Leonardo Da Vinci.

Luego, desde Dinamarca se gestó otra sonada controversia que surgió de la creativa pluma de unos caricaturistas. Las famosas caricaturas de Alá en las que por supuesto también salía de baile el Dios cristiano.
Esperemos a ver el interesatante debate que ahora se promete armar desde el museo Andrei Sajarov en Moscú que alberga la muestra "El Arte Prohibido", abierta desde el pasado 7 de marzo. En sus pasillos, pinturas de Jesucristo representado como Mickey Mouse y Vladimir Lenin, levantan la ira de los líderes de la iglesia ortodoxa rusa.

Vesvolod Chaplin el vocero de la iglesia ha golpeado la batuta y ha acusado a los artistas de "crimen civil" puesto que alterar un símbolo como Jesucristo no es arte".
El curador del museo, Andrei Yerofeyev se defiende y alega que Chaplin (el religioso) no es quién para decidir lo que es el arte y que "solo un artista sabe cómo representar a Jesús". Y es que justamente ese es uno de los principios de la muestra, exhibir pinturas prohibidas, composiciones y fotografías vetadas durante los pasados 30 años.

El artista que más revuelo ha causado con su arte antireligioso es Alexander Savko a quien no se le ocurrió otra cosa que incluir la figura de Jesús en forma del ratón de Walt Disney dirigiéndose a una multitud de santos y discípulos. Forma parte de una serie de obras de 1995 llamada "La Jornada de Mickey Mouse".

La otra pintura que crispa barbas y sotanas tiene que ver con la crucifixión. En vez de la cabeza de Cristo, se acomoda convenientemente la cara de la medalla de la Orden de Lenin -votado como el ruso más popular de los últimos tiempos-.

En otra parte el rostro comercial -el que conocemos- de Jesús hace juego con la "M" de Mac Donalds, junto a una leyenda que dice "éste es mi cuerpo". E n otra aparece el mismo rostro junto al logo de Coca-Cola y "ésta es mi sangre". Afortunadamente al artista no se le ocurrió poner el consabido lema de la "chispa de la vida", porque quizá hubiera sido peor.

La Vírgen María tampoco se salva. Un marco dorado se encarga de enmarcar su figura oculta por una suculenta porción de caviar que más de uno debe querer llevarse a casa.

Para acabar de completar el panorama, dicen los clérigos que la muestra incita al voyerismo.
¿Al voyerismo? Resulta que los genios del museo dispusieron las obras más controvertidas detrás de una tabla enorme que no permite su apreciación, y como en una escena de sexo donde otro mira los enrosques ajenos, los visitantes deben mirar por un agujero, más alto de lo normal, para poder ver los codiciados objetos.
Lo cierto es que por cuenta de esta nueva pilatuna el arte vuelve a encender el mundo religioso. ¿Hasta dónde es sacrilegio? ¿Hasta dónde una imagen pública puede convertirse en arte? ¿Hasta qué punto el arte religioso no obliga a que exista un arte religioso paralelo, libre de la influencia de la iglesia?
El mundo cambió y algunos no parecen enterarse del asunto. Atrás quedaron las imágenes preconcebidas de los representantes del cielo, diseñadas por cierto con bastante racismo. Para muchos, Dios o como quieran llamarle en diversas zonas del planeta -no tiene figura, ni espacio de tiempo, ni lugar-.
Las imágenes que hoy causan controversia son en el sentido estricto de la palabra personajes históricos, de máxima importancia, pero manipulables en la medida de que exista cualquier representación de ellos.

¿No es el arte a caso la virtud de ver la realidad con otros ojos?

Saludos. (aquí las fotos)