lunes, 2 de octubre de 2006

ANATOMIA DE UNA MASACRE

ANATOMIA DE UNA MASACRE
Tokio, Octubre 2 de 2006

La Ciudad de Guyana en Venezuela se encuentra rodeada no solo de un escenario de naturaleza impresionante sino de una riqueza que pocas ciudades en el mundo tendrían. A su haber y en las riveras del Río Caroní -afluente del Orinoco-, hay importantísimos yacimientos de hierro, oro, diamantes, bauxita y manganeso.

Allí un grupo del ejército venezolano encontró su propia guaca en manos de unos campesinos. Armas, codicia y maldad. Esta es la historia que trae el Correo del Caroní. Cualquier parecido es pura coincidencia. Solo basta adaptar la historia a nuestro medio y ponerla bajo la voz y el papel adecuados.

Saludos,

Correo del Caroní
Eliécer CalzadillaDomingo, 01 octubre 2006
Los testimonios:"... Miriam Herrera, hermana de Eider Herrera, dijo: "como alas 5:00 de la tarde llegaron los 18 militares a la bulla, les ordenaron a losmineros que se quitaran la ropa, los obligaron a tirarse en la arenacaliente, a unos les lanzaron gasolina y los prendieron, a otros los tiraron alagua, otros 19 huyeron en una curiara pero cuando se desplazaban por el ríoCaura se les reventó el pasador. Iban hacia el Salto El Chorro y se lesvolteó la curiara. Se los llevó la corriente del río..." (El Nacional29/09/06). "...

El minero dice que los soldados lo atacaron desde unhelicóptero de fabricación rusa, a él y a sus compañeros, cuando extraían orode una mina. Luego bajaron y les advirtieron que su actividad era ilegal.Sin mediar palabra los conminaron a retirarse, pero uno de ellossentenció: "Esto hay que prenderlo... Angel Luis dice que el funcionario le arrojógasolina y le prendió fuego. "Menos mal que corrí, me quité la camisa y memetí en el río; porque el Ejército intentó quemarnos vivos". Agregó que losmilitares destrozaron sus equipos y les decomisaron 10 kilos de oro.
(ElNacional26/09/06)....

"Javier Lezama, minero de La Paragua, municipio RaúlLeoni, asegura que 12 mineros de diferentes nacionalidades, lugareños e indígenas,fueron ajusticiados en el suelo, y el que sobrevivió al ataque y huyó"con dos tiros encima". (El Nacional 26/09/06). "Los dos indígenasfueron arrodillados y los mataron a 500 metros de Papelón, losajusticiaron... dijo Javier Márquez Zambrano de la etnia Kamarakoto, capitán de lacomunidad indígena de El Plomo..." (El Nacional 28/09/06).

"NancyRodríguez cuñada deLivaldo Sánchez, exigió justicia y aseguró que el gobiernooculta la verdad de los hechos... Los militares después que mataron a nuestrosfamiliares se fueron a borrar las evidencias... fuimos a la morgue y lo queyo vi allí fue una masacre: todos sus cuerpos estaban destrozados, sinrostros"... (El Nacional 28/09/06).

"...Pablo Sánchez, hermano del occiso,tiene 28 años nacionalizado. Dijo que la verdad saldrá a flote. Sostuvo que asu hermano, luego de matarlo lo lanzaron de un helicóptero, al igual que alos otros cinco mineros. "El cuerpo de Livaldo fue encontrado debajo deun árbol que tenía las ramas todas partidas, que se rompieron cuando ibacayendo. Luego ellos regresaron para acabar con todas las evidencias"... (ElNacional 28/09/06).

"... según lo que maneja la comisión del Cicpc lamayoría de los cadáveres presentan heridas cuya trayectoria balística fue dearriba hacia abajo..." (El Universal 28/09/06). "... la salida de los 20mineros por vía fluvial fue un esfuerzo desesperado por salvarse de lasagresiones de los militares. "Yo estuve allí, recibí golpes y vi cómo losmilitares golpeaban a los demás, les robaron su oro, tuvimos que salir porqueamenazaron con matarnos", refirió Giovanny Salazar, minero..." (El Universal28/09/06).

"Mi papá estaba en las minas y lo agredieron. Le quitaron la comiday la ropa y lo obligaron a montarse en una lancha. Cuando intentaban huirse dañó la propela y murió ahogado... nosotros somos andinos, y yotrabajaba con él sembrando yuca... comentó María Elena Urrea..." (Correo delCaroní 28/09/06).

"... Jesús Delfín Salazar, minero que estuvo presente en loshechos, aseguró que "la comisión llegó y me despojó del oro,pero como yo no lo quise entregar me dieron varios golpes. Yo tengo veinte añosen la minería, y nunca había visto algo así..." (Correo del Caroní28/09/06).

"...Las mujeres de esta comunidad insisten en que durante elataque fueron obligadas a desvestirse mientras que los hombres mantienen suversión de que fueron pateados, golpeados y vejados por parte de los efectivosmilitares..." (Correo del Caroní 28/09/06). "... Mi hermano fueasesinado brutalmente, su pistola era un maletín de llave, las máquinasde excavar estaban paralizadas", dijo llorando desconsoladamente PabloSánchez, hermano de Livaldo Sánchez..." (El Nacional 27/09/06).

"... Los llevaron a pie por 15 minutos para ejecutarlos, por lo que no puede hablarse deenfrentamiento", pidiendo luego protección para Manuel FelipeLizardi, testigo presencial de los hechos..." (Correo del Caroní28/09/06). "Me quitaron el oro a punta de bayoneta, nos insultaron, abusaronde las damas que estaban en el lugar, fue algo horrible... comentó JesúsSalazar" (El Universal 30/09/06).Los motivos:A medida que pasan las horas, crece la convicción de que losasesinatos de los mineros tuvieron como uno de los motivos el robo, robo deloro que tenían los mineros.

Los testimonios son concordantes,desgarradores. Al parecer, también los asesinos violaron algunas de las mujeresque se encontraban en los campamentos mineros. Eso se desprende de loque han dicho los sobrevivientes a la prensa.Este episodio iguala en perversión humana a cualquiera de losmás horrendos crímenes cometidos por soldados en África o Vietnam contraciviles indefensos.

Algunos venezolanos, cuando analizan los horrores cometidos por las últimas dictaduras de Argentina y Chile desmarcan a lastropas venezolanas de la posibilidad de un genocidio y de lastorturas, dizque porque los venezolanos somos distintos. No es cierto que seamos distintos.
Estos hechos de La Paragua, y otros recientes, nos ponen atodos los venezolanos en la necesidad de revisar la relación delcomponente militar con el resto de la ciudadanía.

No se explica fácilmente quetropas de "élite", escogidas, profesionales, cometan actos como este, queagravian, no a los mineros, sino al género humano.Este acto duele muy hondo. Duele por las víctimas, pero dueleigual por los victimarios. Duele porque dice mucho de nosotros, losvenezolanos, como pueblo, como grupo humano. Estamos peor de lo que decimos enlas tertulias cuando hablamos de que estamos mal.

Desde todos los sectores sensibles se ha venido alertandocontra el lenguaje de desprecio y odio que, desde el poder, desde altos sectoresdel gobierno, se viene instrumentando en contra de otros venezolanos que noson afectos al gobierno, que "firmaron", que disienten del presidente Chávez yde su equipo. Poco a poco, en un vasto sector de quienes apoyan aChávez y al gobierno se ha venido consolidando la idea -sembrada por eldiscurso oficial- de que quienes disentimos del gobierno y nos oponemosa sus políticas somos "enemigos".

Para los jóvenes soldados y jóvenes oficiales dela Fuerza Armada, la idea de un "enemigo" no tiene equívocos.Un enemigo, para un militar, es alguien que debe ser reducido, aniquilado,exterminado. Por otra parte, el cambio en la doctrina militar venezolana,que convierte a la Fuerza Armada no ya en un ejército del Estado sino en unejército al servicio de la revolución, es un juego con candela, un actoindeseable para la salud de nuestra frágil democracia y para los derechoshumanos.

Creo que por allí hay que buscar. Puede que estén por allí los motivosmás profundos y oscuros de este crimen: los mineros no serían ilegales ni transgresores,serían enemigos.Ya se ha visto elocuentemente en la historia. El poder deHitler sobre el pueblo alemán pasó primero por la idea de que los judíos, losgitanos, los comunistas y socialistas, los homosexuales, los masones y lostestigos de Jehová eran enemigos de Alemania, del reich, y por tanto debíanser aniquilados. Millones murieron en los campos de exterminio.

Losenemigos, antes de ser llevados a los mataderos, eran despojados de susbienes, de sus prendas. Después de muertos eran despojados del oro de losdientes. Los represores argentinos saqueaban las casas de quienes iban adesaparecer en los "vuelos de la muerte".¿Por qué estos jóvenes militares se pusieron por encima de suscompatriotas, de sus deberes y hasta por encima de Dios? Pienso que loscimientos éticos de Venezuela se han corroído mucho estos últimos años. Creotambién que buscando "la revolución" hemos estado perdiendo al país. Notengo otra respuesta. CORREO DEL CARONI