sábado, 27 de enero de 2007

LA GUERRA DE LOS SATELITES

1月26日
LA GUERRA DE LOS SATELITES
Buenos días.

Afortunadamente no llegamos todavia a la guerra de las galaxias. Hasta ahora comenzamos con la guerra de los satelites gracias al éxito del destructor dirigido satelital probado por China la semana pasada.

Los titulares se preocuparon más por registrar la reacción de los Estados Unidos que por recordarle a la gente que el asunto no es algo nuevo y que el éxito de China, de la India, de Rusia en el campo espacial se remonta a la inciativa de Reagan en 1983 de implementar la Iniciativa de Defensa Estratégica (IDE) que fue denominada por los periodistas como "Guerra de las Galaxias". La inicativa pretendía desactivar la discusión nuclear entre Rusia y los Estados Unidos. Planteaba en esa época la construcción de una especie de paraguas protector que detectara y destruyera los misiles enemigos, información logicamente alimentada desde los estratégicos satélites estadounidenses. Por supuesto, el asunto no quedaría en campo de la potente balística dirigida, tenía que subir de estadio: al espacio.

La atención del mundo se centró en la amenaza china al poderío espacial estadounidense. No es para menos. Es la primera vez que un misil lanzado en tierra destruye un satélite en órbita. Más de la mitad de los satélites artificiales que dominan el planeta son de los Estados Unidos y es justamente Washington el que se vería más afectado si China sigue expandiendo sus capacidades a semejante ritmo.

Nadie dijo nada sobre Rusia. Putín está preocupado por la amenaza china aunque ante las cámaras sonría, se estreche las manos con su homólogo chino y se prometan como los amantes "amistad y cooperación" en el comercio, en la diplomacia y en lo militar. Mucha de la inteligencia militar rusa, según la prensa especializada, está respaldada por satélites en la órbita baja de la tierra entre los 320 y los 800 kilómetros de altura. Unos metros más abajo que los 865 logrados por Beijing en su prueba misilística.

Estos ojos rusos en el cielo son la base de la seguridad de Moscú que vigila con ellos metro a metro de Siberia y los Montes Urales hogar por cierto de increibles zonas de exploración petrolera y gasífera. Zona muy apetecida, aunque suene a chiste tétrico, por China que últimamente tercia con Rusia sobre la migración justamente a lo largo de la delicada línea fronteriza. Así que no es difícil imaginar qué pasaría si los rusos perdieran aunque fuera un mínimo control de lo que sucede en tierra. Cualquier pasajero internacional que haga una ruta entre Europa y Oriente en un día soleado, se dará cuenta de la inexistencia de caminos y ferrocarriles. Reaccionar por ejemplo ante una emergencia en semejante desolación es realmente difícil.

Rusia que siempre ha estado atento a vender armas a los menos recomendados se lo piensa dos veces antes de negociar con China a niveles avanzados. Los militares rusos en varias oportunidades han dejado claro que prohiben la venta de tecnología militar de punta a su vecino aunque China extienda un generoso cheque en millones de rublos. China se ha convertido en una clara amenaza para Rusia, en tierra y en espacio.

La prensa internacional, para volver con el tema, tampoco dijo nada de Taiwán. Coincidencialmente no hacía ni dos semanas que el gobierno chino había publicado un documento en el que decía afinar su defensa nacional de acuerdo a los retos de seguridad que "no podían ser ignorados". "La autoridad de Taiwan ha adoptado una posición radical hacia la independencia de la isla... conviritiéndose en una amenaza importante para la integridad territorial". "Estados Unidos ha reiterado que respetará la decisión de sus colegas chinos de una sola China, pero continua vendiendo equipo militar avanzado y afianzando su relación miltar e intercambio con Taiwán".

El mismo documento alerta sobre el realineamiento estratégico de Asia. Japón revisando su constitución y su derecho a la defensa, Corea del Norte probando misiles nucleares, del otro lado India hace bailar los saríes. Desde este punto de vista, China simplemente se prepara con sus propias armas "asesinas" por si acaso.

Taiwan alerta al mundo y recuerda Chong'Pin Lin, un experto militar en declaraciones a la prensa que " es la otra cara de China, el rostro de la dura potencia que quieren mantener escondida. Hablan más de diplomacia, pero en realidad desarrollan habilidades en alta tecnología letal".

Queda pues la amarga sensación de estarnos preparando para una guerra orbital. Una que sería increiblemente peligrosa y que nos dejaría expuestos al caos y a la literal paralización del mundo. Una confrontacion a gran escala bien podría atacar los satétiles que hacen posible la tecnología celular o de internet y bloquear ciertas comunicaciones de un país en cuestión de un "bang". Así pues que quedaríamos a merced del más potente que no necesariamente tiene que ser nuestro vecino del norte.

Saludos,