A 5 meses del terremoto y posterior tsunami del 11 de marzo en Japón siguen emergiendo datos e imágenes escalofriantes del evento.
Los datos satelitales analizados que serán publicados a fines de mes en Journal of Glaciology dan cuenta de que el Terremoto de Tohoku fue tan poderoso que provocó el rompimiento de una gran masa de hielo a 13,600 kilómetros de distancia en la Antártica, provocando nuevos témpanos flotantes. La separación de los icebergs de la Capa de Hielo de Sulzberger ha sido directamente relacionada con el tsunami, que fue originado por el terremoto de magnitud 9 en la costa de Honshu, de acuerdo a lo registrado inmediatamente después del terremoto.
Aunque el terremoto de 6.3 de magnitud que sacudió el 22 de febrero a Christchurch, Nueva Zelanda, también provocó fracturas en los frentes de hielo, es la primera vez que la NASA registra visualmente el desgarro polar conectado a un evento sísmico poderoso (video).
Inmediatamente después de que los satélites comenzaron a mostrar un inminente tsunami en Japón, un país que registra hasta el mínimo detalle sus movimientos sísmicos, Kelly Brunt, del Centro de Vuelos Espaciales Goddard en Greenbelt, Maryland, y otros científicos de la Universidad de Chicago, especialistas en criósfera –constituida por las masas de agua congeladas de la tierra– se concentraron en el sur del planeta y pudieron seguir paso a paso el proceso de rompimiento.
La dinámica del evento, fue entonces bastante fácil de concluir para los expertos. Un terremoto fuera de la costa japonesa, causó la explosión de olas enormes y poderosas desde su epicentro. Grandes cantidades de agua se desplazaron hacia la capa de hielo en la Antártica, a 13,600 kilómetros de distancia y cerca de 18 horas después de ocurrido el sismo, esas olas, que no sobrepasaron los 30 centímetros, golpearon y rompieron la masa de hielo en varios pedazos, dos de ellos del tamaño de Manhattan. La vibración en la superficie del océano provocó vibraciones en la superficie del hielo que actuó como caja de resonancia. De acuerdo a los datos históricos, la Capa Sulzberger, de 79 metros de grosor, no había registrado rompimientos en por lo menos 46 años anteriores al tsunami.