Con una calle céntrica de Oslo totalmente destruida y decenas de jóvenes asesinados en una isla, iniciaron las imágenes del noticiero sin que dijeran una sola palabra del autor de los hechos. Nadie hubiera podido imaginar que Anders Behring Breivik, un hombre blanco de 32 años de edad, noruego hasta la médula y de apariencia nada desagradable pudiera ser el responsable de una serie de asesinatos tan meticulosamente planeados.
De repente,y luego de ver el informe una y otra vez, la cara de Behring Breivik se fue convirtiendo en el reflejo de al-Qaeda, y no precisamente porque el noruego fuera musulmán. El manifiesto preparado por Breivik bajo el título 2083: una Declaración Europea de Independencia [1] no tiene nada que envidarle a la retahíla incendiaria de la que hiciera gala Bin Laden después del terrible atentado del 9/11, y la que continúa disparándose por las páginas web y los medios de comunicación por sus lugartenientes o cualquier otro que se vea identificado con la radicalización islámica..
Así como al-Qaeda y otros grupos extremistas musulmanes se embarcan en la justificación de una jidah en contra de cristianos, judios, y todo aquello que parezca “infiel” ante sus ojos, Breivik no hace otra cosa que la de invocar su propia jihad cristiana para defender a Europa de otra invasión musulmana.
Apartes de las 1500 páginas escritas por el noruego dejan ver una aterradora ideologia que condena no solo al Islam, a la inmigración musulmana en Europa, sino al multiculturalismo en general. Breivik aduce la supremacía biológica del occidente cristiano sobre los musulmanes, y argumenta que el Islam es absolutamente incompatible con Occidente.
En un pais en donde, hasta los últimos acontecimientos, se veía el terrorismo como algo relativo [no es sino recordar que en la misma Noruega se recogen miles de dolares en apoyo a grupos incluidos en la lista terrorista internacional, entre ellos las FARC], Breivik acusaba a la democracia parlamentaria y a lo “políticamente correcto” como una amenaza. Para él, las amenazas de al-Qaeda y otros grupos son exactamente iguales a la laxitud de la burocrática Unión Europea, a las Naciones Unidas, y cualquier otro organismo de características multiraciales y multiculturales.
Así como al-Qaeda es el nombre commercial que gestó Bin Laden para armar un movimiento que salió literalmente de su cabeza y sin mayor planeación durante la invasión rusa en Afganistán, Breivik quiso mezclarse en la versión rejuvenecida de los “Caballeros Templarios”, como si por su cabeza pasaran video juegos, y series animadas donde él corresponde perfectamente no solo a la fisionomía sino a los ideales del protagonista. La agenda de “su” –luego veremos por qué “su” – grupo templario no era otra que “tomarse el control militar y político de los países occidentales de Europa y ejecutar una agenda cultural y política conservadora”.
Los Caballeros Templarios existen.
Mientras en Noruega las autoridades afirman no tener ni idea de la existencia de un grupo de las mencionadas características, Paul Ray, o “Corazón de León”[2], un conocido bloguero anti musulman, afirma que la organización de extremistas antimusulmanes sí existe, pero se deslinda de las acciones de Breivik. De hecho, el manifesto de Breivik dice que el grupo de templarios fue fundado en Londres en 2002 y que su líder es el mismo bloguero, “Ricardo (Corazón de León)”.
Ray ha sido claro en afirmar que, como el noruego, piensa que sí existe una amenaza musulmana contra Europa, pero que no tiene nada que ver con la matanza. Insiste, que su grupo no tiene ninguna estructura formal, y que se trata de una creencia antes que un aparato propiamente conformado.
La inteligencia europea ha dicho que duda que exista un único líder tal y como lo describe Breivik en las primeras hojas de su documento, y cree que el personaje puede responder a varios perfiles imaginarios. Pudiera responder a tantos, como a grupos anti musulmanes existan.
Los nuevos templarios dicen responder a una necesidad inmediata europea, plenamente compartida por grupos reconocidos como el Frente Nacionalista Francés, el Partido de la Libertad de Austria, los Verdaderos Finlandeses en Finalandia, el Partido de la Libertad de Holanda y otros grupos no menos importantes que atraen a cientos de personas que se ven de una u otra forma afectadas por la cada vez más importante presencia musulmana en Europa.
Lo cierto es que ni Breivik, ni quizá muchos de nosotros seamos concientes de la gravedad que implica la matanza de Noruega, y la revitalización en pleno siglo XXI del nombre de los Caballeros Templarios. Lo que para nosotros es historia antigua, para muchos musulmanes no lo es, y tienen muy frescos los acontecimientos que se derivaron de esa orden cristiana militar, formada a principios del siglo doce y que se conviritó en un grupo de combate formidable en la lucha de los Cruzados para proteger a quienes habían conquistado Tierra Santa antes en manos de los musulmanes.
[1] y [2] textos en ingles.