jueves, 6 de septiembre de 2012

Estados Unidos: Michelle el discurso CASI perfecto

Nunca antes el discurso de una primera dama había estado tan bien preparado. El vestido y el peinado perfectos, y las palabras apropiadas para conquistar a un público que a veces pareciera distante a su marido, Barack Obama. Michelle no solo leyó estupendamente el telepronter sino que incluso se dio el lujo de hacerlo mejor que el propio Barack al poner en cada sílaba o en cada palabra importante la fuerza adecuada para causar mayor efecto.

Todos la miraban hipnotizados, quizá sin caer en cuenta, que el discurso de la Primera Dama era la mímica casi perfecta del discurso que el candidato rival, Mitt Romney, diera el pasado 31 de agosto durante la convención republicana en Tampa. Romney habló de su padre, de su infancia, de sus años de estudiantes, de sus temores y esperanzas. Michelle habló exactamente de lo mismo porque si lo hubiera hecho su esposo se habría visto patético copiando y respondiendo a su contendor casi con las mismas expresiones.

Michelle resultó mejor que su esposo en la conquista de las masas. Inteligente, carismática y con la sensibilidad que solo una mujer puede transmitir por el simple hecho de serlo. Absolutamente nadie se percató de que en medio de semejante retórica, se colaran varias mentirillas altamente efectivas, quizá buscando detener en algo el daño que ha causado la película 2016: Obama’s America, que entre otras cosas ha tenido buen record en taquilla teniendo en cuenta que se trata de un tema político.

Los analistas, que se han dedicado a analizar el discurso han encontrado las siguientes perlas hábilmente disfrazadas en la voz de la señora Obama:

Inconsistencia No.1: “Aunque él haya crecido por todo el país” (Falso. Barack Obama creció en Indonesia) Justamente una de las escenas más impactantes del documental 2016 son los lugares donde creció el actual presidente de los Estados Unidos.

Inconsistencia No.2: “Él creció como yo” (Falso, dicen los opositores. Michelle creció en una familia intacta, en una comunidad homogénea, segura de su propia identidad, con un padre que trabajó duro incluso para llevarla hasta Princeton. Barack tuvo una infancia emocional pobre, no conoció a su padre hasta que tenía 10 años, y fue criado más por sus abuelos y una nana que por su madre) De nuevo, aseguran, una clara referencia al documental ahora en carteleras que narra cómo ante la falta de una figura paterna, su abuelo le pone un mentor que termina siendo pedófilo.

Inconsistencia No.3: “Las dos familias tenían los mismos valores y creíamos en la promesa fundamental americana de trabajar duro para construir una vida decente” (Los analistas y quienes han visto el documental 2016 coinciden en que Obama aprendió desde pequeño que el sistema americano es injusto y que esa “promesa fundamental” no era coherente)

Inconsistencia No.4: “Apredimos sobre dignidad y decencia” (Para muchos Obama no es más que un acomodado que nunca ha hecho mayor cosa en su vida. Disfrutaba de las drogas, y no podía conjugar su raza con su familia blanca de clase media. El marxismo fue su forma de probar su lealtad al sufrimiento negro. Hablan de un Obama manipulador en sus años universitarios, incapaz de escribir un solo artículo para la revista que dirigía, y de cómo jamás devolvió U$125 mil dólares que le habían dado de adelanto para que escribiera un libro sobre relaciones raciales que nunca presentó. Hablan de un título de profesor en materia consitucional que realmente nunca tuvo)

Inconsistencia 5: “la humildad de Barack” (Traen a colación una entrevista del Presidente en el New York Times en donde dice saber más de política que sus propios directores de política, e incluso ser mejor director que sus mismos directores)

Inconsistencia No.6: “La abuela de Barack empezó como secretaria de un banco comunitario..y ascendió rápidamente” (La abuela de Obama no precisamente era una pobre secretaria mal pagada, era la vice presidenta de un banco, el segundo más importante del estado. Venía de una familia de clase media. Por eso pudo enviar a Barack al colegio más prestigioso en Hawaii).

Al final del análisis le dan la razón a la Señora Obama en una afirmación: “Cuando la gente pregunta si mi esposo ha cambiado en algo por estar en la Casa Blanca, puedo decir que en lo que respecta a su carácter y convicciones, es el mismo hombre del que me enamoré hace algunos años” (Es exactamente, dicen los analistas, el mensaje del documental y del libro de Stanley Kurtz sobre un análisis profundo de la vida de Obama. Es lo que consideran peligroso para el futuro de los Estados Unidos)

La política está hecha de verdades a medias y una que otra mentirilla, y es por lo menos lo que dicen que ocurre en las toldas de Obama. Lo cierto es que a mí Michelle Obama me impactó porque ratifica mi opinión sobre la mediocridad de los actuales candidatos. Tan mediocres que dependen de la simpatía y de la inteligencia de sus esposas para hacerse elegir. Michelle se come a Obama.