sábado, 5 de marzo de 2011

¿Preparados para el tsunami petrolero? III: Los sauditas

Por ahora Arabia Saudita se ha mantenido estable aunque ardan sus vecinos, sin embargo el nerviosismo se hace evidente en la medida en que Bahrain se enciende en contra de los dirigentes sunitas, acusados, como en Arabia Saudita de años de represión contra la población chiíta. El Rey Abdullah de Arabia Saudita ha sido más ágil. Rápidamente ha prometido US$10 millones de dólares en préstamos, US$36 millones de dólares en paquetes de reactivación económica que tienen como destino millones de ciudadanos saudíes que buscan casarse y obtener una vivienda digna.

Para Michale Klare, Profesor de Hampshire Collage, nada se puede hacer para restituir el orden petrolero en el Medio Oriente, y sus predicciones son pesimistas. Simplemente no habrá suficiente petróleo para la exportación.

El primer remesón lo sufrimos por cuenta de Libia. Quedaron fuera de circulación 1.7 millones de barriles diarios. Se espera que Túnez y Egipto se recuperen, pero no formarán alianzas con empresas extranjeras que aportan dinero pero que diluyen la capacidad de maniobra.

Arabia Saudita intentó compensar la falta de Libia aumentando su producción de petróleo, pero hasta cuándo?... en los últimos cinco años, los saudíes tan solo han utilizado 2.3 millones de barriles diarios, mientras 8.3 millones de barriles surten las necesidades de los aliados en occidente y Asia. El consumo interno de petróleo aumentará y Riad no ha considerado la opción de subir la producción a 10 millones de barriles diarios porque temen literalmente matar a la gallina de los huevos de oro rápidamente. Si las previsiones del presidente de Aramco, Khalid al Falih, son correctas, para 2028 Arabia Saudita estará consumiendo 8.3 millones de barriles diarios de petróleo. Así que en sumas y restas solo queda pensar que la hambruna de petróleo será total.

Épocas canijas nos esperan. Si el actual incremento del petróleo fue el producto de un microsismo político, tarde o temprano el mundo deberá afrontar un recorte importante del crudo con el consecuente tsunami económico. No queda otra solución que la de reactivar la investigación y el desarrollo de recursos alternativos y por ahora, reducir en serio el consumo a ver si de alguna forma se logra revertir la maldición que bajo la luz de las actuales circunstancias parece no tener marcha atrás.

Lecturas recomendadas: El Ocaso de la era del petróleo, Michael Klare. (en español)
Tom Dispatch: Oilquake in the Middle East (inglés-audio).
Prices and Trends. US Departament of Energy