El anacrónico Castro ha dicho esta semana que es muy pronto para criticar al gobierno libio y amenazó a la OTAN de no intentar una invasión a Libia orquestada por el “imperialismo” americano. Daniel Ortega, el ex comandante revolucionario sandinista, incluso llegó a llamar al coronel Gadhafi para expresar su solidaridad contra la lucha que libra contra los rebeldes. Al presidente Hugo Chávez, gran amigo de Gadhafi se le ocurrió poner en su twitter: “¡Vivan Libia y su independencia. Kadafi se enfrenta a una guerra civil!!”
La cercanía de estos dos últimos hombres dio pie para que circulara el rumor de que el dirigente libio se encontraba en Venzuela, hasta que Gadhafi, en una escena totalmente surrealista, saliera debajo de un paraguas a decir que se encontraba todavía en Trípoli. Gadhafi, Castro, Chávez y Ortega se ven a sí mismos como camaradas unidos contra la influencia estadounidense en ultramar – por usar un término tan trasnochado como ellos mismos¬. Y es que su historia es hasta cierto punto parecida. Castro y Ortega llegaron al poder a través de una revolución, y Chávez, un oficial del ejército como Gadhafi, llegó al poder luego de un fallido golpe de estado y literalmente haber engañado a su pueblo durante unas elecciones Los cuatro camaradas con versiones bien excéntricas del socialismo.
Chávez ha emulado el exotismo del dictador libio en algunas oportunidades. Tomó por ejemplo la noción de las “comunas” que tomaran el control del gobierno local de la idea de Ghadafi de los “comités populares”, a la vez inspirados en los de la Cuba castrista. En diciembre, durante el tremendo invierno que acosó a Venezuela, en una expresión máxima de populismo puro, el mandatario venezolano prometió que daría su palacio presidencial a los desplazados de la catástrofe invernal para mudarse a una tienda beduina dejada por el africano durante una visita hace dos años.
La amistad va mucho más allá de la imitación. No sobra recordar que durante esa misma visita, fue nuestro vecino venezolano quien entregó a Gadhafi una espada réplica de Simón Bolivar engastada con joyas, sellando su regalo con una frase lapidaria que actualmente debe retumbar entre los venezolanos: “Simón Bolivar es para nosotros como Moammar Gadhafi es para los libios”. Ahí no para la cosa. Chávez que ha visitado Trípoli muchísimas veces, firmó un acuerdo con el gobierno libio por US$1,000 millones de dólares que incluye la entrega de Hato Piñero, una reserva natural importantísima, expropiada recientemente, a una comuna libia para el cultivo de arroz y explotación ganadera.
Ah! Pero es que Gadhafi también ha sido muy generoso con el presidente venezolano y sus amigos. En 2009, se inauguró en Benghazi el estadio de fútbol Hugo Chávez. En 1998 Gadhafi otorgó su propio nobel de la paz a Fidel Castro. Ortega ha recibido millones de dólares para el movimiento sandinista, incluso fue el mismo Gadhafi quien prestó su avión a Ortega para que visitara Libia en 2007, y luego volara a Irán para pronunciar un sonado discurso antiestadounidense.
Dejemos de lado a la tripleta CCO (Castro, Chávez, Ortega) para entender un poquito más sobre cómo es el asunto libio.