sábado, 6 de noviembre de 2010

EUROPA: Dignidades en venta.

De la soberbia y digna Europa queda ya poco. Mientras en Italia la prensa revela los detalles íntimos de la última amante adolescente de Berlusconi y en España el gobierno de Rodríguez Zapatero prefiere callar ante las evidencias que relacionan a Chávez con ETA de cara a un jugoso contrato militar, Francia y Portugal se arrodillan ante la presencia de Hu Jintao, que ya le ha robado a Barack Obama el título del mandatario más influyente del planeta, así la prensa internacional todavía dude en publicarlo. Mientras Obama huye de su cantada y aplastante derrota electoral en un viaje por varios países de Asia para acelerar intercambios comerciales, su homólogo chino está en Europa comprando dignidades traducidas en apoyo.

Por eso no es de extrañar el contenido de la insólita Nota Verbal, el documento de comunicación más protocolario entre gobiernos, que recibieron varias embajadas europeas en Oslo esta semana. El documento exhorta a los gobiernos europeos a boicotear la próxima ceremonia de los Nobel, donde recibirá el máximo premio de la paz el disidente chino Liu Xiaobo. El texto reitera, como tantas veces lo ha dicho el gobierno chino, que el Nobel interfiere en los asuntos internos de su país y que Liu es un criminal. China, así tal cual, le pide a los gobiernos europeos y de otras latitudes, permanecer en silencio el día de la ceremonia, y abstenerse de emitir comunicados de apoyo y felicitación para Liu.

Liu, un intelectual chino, fue encontrado culpable de subversión y sentenciado a 11 años de cárcel este año, luego de que participara en la redacción del Capítulo 8, un manifiesto que circuló en internet que pedía reformas democráticas y el fin del monopolio del Partido Comunista en el poder. La policía lo detuvo en 2008, justo después de la publicación del documento, y desde entonces ha permanecido detenido. Su esposa, Liu Xia, se encuentra virtualmente bajo arresto domiciliario.

Mientras en Oslo se repartían las recomendaciones chinas, la Torre Eiffel se vistió de rojo y Hu Jintao era recibido con todos los honores militares en los Campos Elíseos de la capital francesa, de donde han salido firmados la compra de 110 aviones Airbus y otros contratos en telecomunicaciones y temas nucleares que le significan a Paris US$22.8 mil millones de dólares. Luego de Francia, Hu pasará a Portugal donde sacará otro as bajo la manga. Se cree que en su paso por Lisboa comprará una buena cantidad de bonos del gobierno, “con el ánimo de ayudar a conducir la economía portuguesa por la senda de la recuperación y el crecimiento”, según oficiales chinos, y así evitar que Portugal siga al descalabro económico de Grecia. Como si fuera poco, la próxima semana saldrá de Londres a Beijing la delegación ministerial más importante de la que se tenga memoria, encabezada por el Primer Ministro James Cameron, con la misión de buscar y concretar oportunidades para la alicaída economía británica..

Pareciera que algunos, quizá muchos, quieran darle gusto a Beijing. Desde el mes pasado cuando se anunciaron los ganadores de los Nobel, Estados Unidos y otros gobiernos han pedido a China que libere a Liu, sin embargo, otras democracias occidentales han sido prudentes en su lenguaje y se han limitado a enviar felicitaciones sin siquiera mencionar la libertad para el disidente. Es ahí donde estaría la clave para que el multimillonario contrato aeronáutico quedara en manos de Airbus y no por lo menos repartido con la estadounidense Boeing.

Antes del anuncio de los Nobel, China había advertido a Noruega que si el premio de paz quedaba en manos de Liu, sus relaciones diplomáticas se verían afectadas sin remedio. Una vez anunciado el premio para el disidente, los funcionarios chinos se dedicaron a atacar al comité de los Premios Nobel, restándole importancia a nivel mundial. Los dos periódicos oficiales chinos publicaron encuestas que mostraban la poca aceptación que tenía el Nobel de Paz, y en sendas editoriales defendían el record de Beijing en derechos humanos a la vez que criticaban la doble moral estadounidense y europea.

Si las embajadas en Oslo reciben cartas oficiales, los diplomáticos acreditados en Beijing sufren similar acoso. La cancillería china ha citado a varias reuniones que tienen como mensaje uno similar al de la nota que circuló en Noruega. “La elección para algunos países europeos es clara y simple: ¿o quieren ser parte del juego político y retar al sistema judicial chino, o quieren desarrollar una relación verdaderamente amistosa con el gobierno chino y su gente? Si escogen mal, tendrán que enfrentar las consecuencias”, es el mensaje claro que ha transmitido Cui Tiankai, un diplomático chino de alto rango através del diario People's Daily de China,

Por lo pronto, esta semana Oslo tomará asistencia a la ceremonia de los Nobel. Desde lejos, Beijing, tomará las anotaciones pertinentes.