Dos pedales, uno para frenar y otro para acelerar. La primera lección básica del aprendizaje de la conducción. Si del acelerador depende el movimiento, del freno depende la vida. Todos damos por aceptado que el pedaleo constante entre uno y otro, forma parte de nuestro bagaje de aptitudes a cultivar so pena de ser tildados de inútiles, en el mejor de los casos. Pues bien, durante años, Masuyuki Naruse, un inventor japonés, ha dicho que el sistema de frenado y aceleración al que estamos acostumbrados en el auto, es simplemente peligroso, mucho más, a medida que los coches automáticos son no solo más populares, sino altamente sofisticados.
Tener tan cerca dos pedales tan diferentes, en opinión de Naruse, puede provocar errores fatales en los conductores, especialmente bajo situaciones particulares de estrés. Así que Naruse tuvo la idea de poner en un auto un solo pedal que acelera con el lado del pie, y frena inmediatamente cuando se presiona hacia abajo. El argumento de Naruse detrás de su creación es bastante sencillo: La tendencia natural en estados de pánico es la de empujar hacia abajo fuertemente con los pies. Los fabricantes de automóviles siempre le han echado la culpa al conductor pero Naruse ha partido de la base de que el ser humano responde al impulso y que si el sistema no considera esas variantes, realmente existe un problema básico de diseño.
Naruse, de 74, y dueño de una pequeña fábrica al sur de Japón, es uno de los poquísimos que se han atrevido a diseñar un pedal único de frenado y acelerado para prevenir accidentes por aceleración involuntaria, que ha sido muy comentada luego de los cargos contra Toyota por vehículos que han sufrido de aceleración inesperada.
Las últimas investigaciones de Toyota parecen darle la razón al inventor. Luego de haber retirado del mercado más de 8.5 millones de vehículos a nivel mundial, el fabricante mundial ha encontrado que por lo menos 2000 de las unidades investigadas muestran una aceleración involuntaria debido a un mal uso del pedal –incluyendo obstáculos para el correcto movimiento del mecanismo –, o a la confusión de los conductores. Estos casos, por supuesto, excluyen otros en los que el mecanismo, por razones aún no aclaradas satisfactoriamente, se ha atascado durante un recorrido normal del vehículo.
En 2009, en solo Japón, murieron 37 personas y más de 9000 resultaron en heridas en colisiones, que según el Instituto de Investigación para Accidentes de Tráfico, se produjeron en muchos casos por una confusión momentánea entre los dos pedales. Se cree que en Estados Unidos miles de accidentes ocurren al año por el mismo motivo.
Un estudio del sícologo Richard Smith, de la Universidad de California, establece que una especie de “corto circuito” neuromuscular puede causar que el pie pierda el objetivo de su movimiento y se desplace al acelerador o al freno. En Japón, la Universidad de Fukuoka sometió a varios conductores a experimentos que envolvían actividades de aceleración y frenado, acompañados de ruidos y estrés. Algunos de los conductores sometidos a tensión dudaron o se equivocaron al usar uno u otro pedal. No sucedió lo mismo con la invención de Naruse.
El pedal de Naruse, que lleva 20 años en el mercado y ha sido ampliamente descrito en revistas especializadas, está diseñado para acomodar completamente el pie. Al lado derecho está la barra de aceleración (ampliar imagen). En cualquier momento, el conductor puede presionar hacia abajo para frenar, haciendo que el acelerador se desactive automáticamente. Para los expertos de la Universidad de Fukuoka el pedal de Naruse, que ha ido evolucionando, funciona porque ha tomado en cuenta la reacción propia del cuerpo humano, y se asegura de que, ante un error, la misma reacción involuntaria del conductor, corrija el problema.
Cambiar el sistema estándar por el pedal de Naruse no es muy caro porque no requiere grandes cambios en el sistema de aceleración y frenado del automóvil. En Japón, el procedimiento cuesta unos mil dólares. Actualmente ruedan por las carreteras japonesas, por lo menos 130 vehículos adaptados. El reto está en vender la nueva opción, porque se trata de re educar y literalmente transformar la forma como conducen millones de personas. Actualmente Naruse tiene la patente de su invento en Japón, Estados Unidos y otros seis países.
En 1991, Naruse terminó el prototipo pero a los ingenieros de Toyota que lo probaron 10 años después, no les gustó el diseño. Sería interesante saber por qué. Lo cierto es que el mismo inventor dice que desde mayo ha invitado a Akio Toyoda, presidente de Toyota, a probar un Lexus sedan adapatado con la versión Naruse. Hasta el momento ni Toyoda, ni ningún ingeniero de su compañía se han acercado a intentarlo. ¿Cuestión de orgullo, o soberbia?.
Irónicamente, un mes después de la desatendida invitación, Toyota perdió a su piloto maestro de pruebas de vehículos en un terrible accidente, precisamente mientras conducía un Lexus en una autopista alemana, en junio de este año. Hiromu Naruse, como se llamaba el experto y gran amigo de Akio Toyoda, no tiene que ver nada con el “despreciado” inventor al que se refiere nuestra historia.