martes, 8 de diciembre de 2009

COPENHAGUE: Cumbre Climática II - Planeta en Peligro

Copenhage abre no solo con el escándalo científico sino con unas divisiones profundas entre ricos y pobres. La idea es acordar medidas radicales que sean efectivas luego de que en 2012 termine el Protocolo de Kioto, que fijó para los países desarrollados una disminución promedio de 5.2 por ciento en la emisión de gases que provocan el efecto invernadero.

Antes de la conferencia los países en desarrollo han criticado las pírricas metas propuestas por los países más ricos, e insisten en que son los grandes contaminantes quienes deben asumir el costo que el impacto del cambio climático genere en países pobres de Asia y África, que irónicamente poco tienen que ver con la catastrófica situación actual.

Estados Unidos y Europa quieren que India y China reduzcan el nivel de sus emisiones, justo ahora que los chinos han superado a los estadounidenses. La Secretaria de Estado, Hillary Clinton, pide flexibilidad de los países emergentes “en beneficio de la humanidad y por un espíritu de compañerismo” y recuerda que el presidente Obama ha ofrecido disminuir en un 17 por ciento las emisiones hacia el 2020. Poco si se tiene en cuenta que en 1990 Al Gore, entonces vicepresidente de Estados Unidos, había comprometido un 7 por ciento de emisiones, por supuesto antes de que el Presidente Bush se retirara del Protocolo de Kioto tres años después. Han pasado casi 20 años.

Obama está bajo presión. Por un lado, los países en desarrollo quieren que Estados Unidos acepte una declaración vinculante que incluya límites claros de emisiones. El congreso estadounidense piensa diferente, y en un momento en que la economía del dólar anda en tumbos, temen que una compromiso unilateral de su país cause la fuga de empleos de Estados Unidos a otras regiones que no tienen límites tan exigentes.

Los chinos dicen que se comprometen en un 40% sobre las emisiones, pero las proyecciones científicas dan otra lectura y advierten que para el año 2020 las emisiones generadas por China serán muchísimo más altas.

Ni el mismo Lula se ha salvado de las críticas. Lula ha propuesto mantenerse entre el 36 y el 39 por ciento del recorte de emisiones. La cifra de Lula no significa producir menos gases, simplemente, promete frenar en un 80 por ciento la actual tasa de destrucción de la Amazonía.

Yvo de Boer, el oficial de Naciones Unidas a cargo de la cumbre, está preocupado. Teme que ni los principales países productores de gases ni los países en desarrollo cedan y que esta reunión de 200 países, a la que asistirán por lo menos 100 loíderes se quede solo en un acuerdo político que satisfaga las líneas de los periódicos. Claro, se incluirán objetivos y calendarios, pero ninguno vinculante.

Mientras los políticos discuten, muchos se preguntan, qué tan verde es la Cumbre Climática. The Telegraph, del Reino Unido trae el informe: 15 000 personas viajan al evento, fuera de los 2000 periodistas acreditados. Dudo que los europeos vayan en tren, pero suponiendo que realmente lo hagan, hay otros miles que habrán tomado vuelos intercontinentales que habrán dejado su propia huella de carbono. Se han empleado 900 kilómetros de cable y 50 mil kilómetros cuadrados de alfombra. Se servirán más de 200 000 raciones de alimentación y más de 200 000 tazas de café.

Los organizadores de la Cumbre han pedido a los hoteles que no cambien las toallas a diario y que mejoren las condiciones de aislamiento térmico. Por supuesto, también han pedido a los participantes de la cumbre que utilicen el transporte masivo y tomen agua de la llave, no embotellada. Los típicos recuerdos han sido eliminados y el dinero ha sido empelado en 11 becas para estudiantes de todo el mundo que realizarán estudios completamente pagos en Dinamarca. Peluqueros verdes, perros calientes que provienen de granjas que utilizan fuentes alternativas de energía, limosinas impulsadas por biocombustibles, todo en aras de contaminar menos.

Sin embargo, dice el mismo informe del diario británico, todas las actividades relacionadas con la cumbre producirán 40 500 toneladas de CO2, la misma cantidad de emisiones de carbono producidas por Marruecos en 2006. Irónico, no les parece?

Foto: Heatingoil.com, China.