lunes, 23 de noviembre de 2009

BOEING: Detrás de los aviones comerciales

Cuando usted se sienta en un avión de Boeing de última generación no imagina todo lo que se mueve detrás de esa maravillosa nave que lo transporta usted en cuestión de horas de lado a lado del planeta. Tampoco se imagina usted que una parte de la misma empresa esté dedicada al desarrollo de impresionantes armas de guerra.

Boeing acaba de propinar un golpe contundente a los aviones de combate no tripulados, y da un paso más allá para convertir su tecnología láser en el punto decisivo del futuro bélico.

Y es que del láser, fuera de su fantástico desempeño en la medicina, solo tenemos una vaga idea gracias a las escenas de la Guerra de las Galaxias. Las armas láser se están convirtiendo según los analistas en un gran paso para desarrollar armas más efectivas y altamente disuasivas porque pueden ser disparadas a cualquier enemigo, aparentemente sin ningún tipo de riesgo para quienes las manipulan en tierra o en aire.

Aunque muchos de los proyectos parecen todavía estar en la mente de los productores de Hollywood, Boeing, la Fuerza Aérea, el Ejército, y el Centro de Armas Aéreas de la Armada estadounidense dicen que las pruebas realizadas a finales del mes pasado, demostraron la habilidad de sistemas móviles de láser para rastrear y destruir vehículos aéreos no tripulados. El sistema, conocido como MATRIX, o Recurso de Trazado de Activos en Movimiento para Experimentos Integrados, desarrollado por Boeing, es un lanzador montado combinado con un radar que dispara rayos láser. Con un solo rayo láser, MATRIX pudo derribar cinco aviones no tripulados a diferentes distancias. Ultrapreciso y letal.

Otro avión fue derribado con otra nueva tecnología, también de Boeing. Se trata del Avenger, que es en realidad un híbrido de láser. El Avenger es la combinación del rayo con un disparador de 25 milímetros convencional desde una plataforma especial.

Los videos de los ensayos de estos últimos meses llegan a cuenta gotas y lo que realmente descresta es ver cómo el láser da en el blanco ubicado en el capot de una camioneta en movimiento, a pesar de que el rayo está siendo disparado desde un avión Hércules C130, una nave similar a la que se muestra en la foto. En el video, al final de la página se muestra la misma prueba pero en un objeto estático.

Boeing y el Laboratorio de Investigaciones de la Fuerza Aérea de Estados Unidos aseguran que a medida que esta tecnología de punta se desarrolla cada vez se utilizan menos recursos humanos, considerados el tema político más sensitivo durante un conflicto.

Pero Boeing no solo está concentrada en rayos láser. Este mes, la compañía se hizo acreedora a un contrato de medio millón de dólares otorgado por el Laboratorio de Investigaciones de la Fuerza Aerea de Estados Unidos para desarrollar la primera fase de un proyecto sobre armas miniatura para uso en vehículos aéreos no tripulados. La idea, según Carl Avila, director de Trabajos Phantom de Boeing Misiles y Armas Avanzadas, es diseñar armas que causen pocos daños colaterales y que permitan al guerrero virtual enfrentar varios tipos de objetivos.

Hace algunos meses Boeing también ganó un contrato de US$72 millones de dólares para el desarrollo de 2900 unidades bajo el programa JDAM –Joint Direct Attack Munnition – que es un kit de bajo costo que convierte a las bombas de caída libre en bombas guiadas con precisión, utilizando el Sistema de Navegación Inercial, algo similar a un GPS.

Me pregunto si William E. Boeing al fundar Pacific Aero Products Co. en 1916, llegó a imaginar que casi cien años después, su compañía sería el fabricante más importante en la industria de aeronaves y la segunda contratista, a nivel mundial, en términos de aeroespacio y defensa. Boeing Integrated Defense Systems, una unidad de The Boeing Co., con base en St. Louis, tiene contratos que cuestan en total US$32 mil millones de dólares y 70 000 empleados por todo el mundo.