En relaciones internacionales nada está escrito a la luz pública, salvo la carátula. No son pocas las conferencias, en las que las relaciones entre los países de la misma América Latina, especialmente la relación entre Venezuela e Irán, han sido el foco de análisis que pretenden llegar hasta la médula de lo que acontece en esta parte del mundo. Los analistas, que antes parecían tener un mapa bastante claro de lo que corría por América Latina, hoy se encuentran ante un verdadero jeroglífico de estrategias que se les ha salido de las manos a Estados Unidos y a Europa.
A medida que se centra este nuevo punto de interés mundial en las relaciones Irán – Venezuela, pocos hacen el ejercicio de reconstruir el paulatino acercamiento de Irán a Latinoamérica, que inicia no solo con la importante colonia iraní asentada en el área de las tres fronteras entre Brasil, Argentina y Paraguay, sino en otros países de la región donde se han afincado colonias respetables y consolidadas. Desde la década pasada, Irán inició una importante ofensiva diplomática con el ánimo de evadir sanciones económicas y lograr apoyo para su satanizado programa nuclear.
Lo que comenzó como un modesto objetivo diplomático podría convertirse en uno de dominio, y por qué no, hasta de expansión religiosa.Pocos quieren recordar que el gobierno argentino proveyó de material nuclear a Irán en la década de los 80, y que luego Buenos Aires no tuvo más remedio que acusar al gobierno iraní –por su apoyo al Hezbollah- del mortal ataque, primero a la Embajada de Israel en 1992 y luego a la Asociación Mutual Israelita en 1994. Desde entonces las relaciones permanecen en ceros.
En los 90, Brasil quiso vender tecnología de su propio fallido programa nuclear a Irán, pero el acuerdo fue detenido por reclamos de Estados Unidos. A cambio del apoyo brasileño al desarrollo nuclear iraní, en 2003, la Compañía Nacional de Petróleos de Irán otorgó a Petrobras los derechos para explorar una importante reserva en el Golfo Pérsico. En 2004 Petrobras firmó con Irán otro acuerdo para perforaciones en el Mar Caspio. Sus relaciones continúan a través de compañías estatales. Para muchos conocedores del tema económico Brasil le ha hecho el quite a las sanciones de Naciones Unidas contra Irán, y utiliza un triángulo entre Dubai y los Emiratos Árabes Unidos para enviar azúcar, carne y otros productos. Los últimos datos disponibles hablan de 1.5 mil millones de dólares en exportaciones brasileñas a Irán.
Para muchos pasó desapercibido el intento de crear un proyecto colombo-iraní en San Vicente del Caguán, en plena vigencia de la Zona de Distensión controlada por las FARC. El proyecto encendió las alarmas en Bogotá cuando uno de los miembros de la misión iraní se negó a ser revisado por las autoridades aduaneras en El Dorado. Posteriormente la operación fue cancelada ante la sospecha de que existía colaboración entre las FARC y el gobierno iraní.
Irán comenzó a penetrar en América Latina desde 1999 bajo el bastón del Presidente Chávez. Desde entonces el presidente venezolano ha visitado Irán siete veces y el presidente iraní ha visitado Venezuela dos veces en el mismo periodo. La cooperación económica va desde la inauguración de los controvertidos vuelos entre Teherán y Caracas en 2007, hasta la creación este año del Banco Venezolano-Iraní de Desarrollo, que busca ejecutar proyectos en los países del ALBA y ha comprometido en principio más de US$200 millones de dólares para tal fin.
Así mismo, Irán ha establecido en Venezuela plantas para la fabricación de bicicletas, cemento, tractores y autos – “los primeros autos anti imperialistas”, según el Presidente Chávez.
Los expertos coinciden en que la alianza Iran-Venezuela sirve en parte para desarmar las sanciones económicas impuestas por Washington a Teherán. Por lo menos fue lo que hizo notar el Departamento del Tesoro de Estados Unidos al advertir sobre las operaciones irregulares del Banco Internacional de Desarrollo de Venezuela con Irán que permiten evadir las sanciones impuestas por la ONU y realizar negocios a través de su nueva entidad financiera. Es más, en diciembre de 2008, 81 empresas de Ecuador, Bolivia, Venezuela, República Dominicana, Cuba, Nicaragua y Honduras participaron en un encuentro comercial en Irán con el ánimo de formar alianzas de y atraer inversiones.
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