sábado, 21 de junio de 2008

JAPON récord de suicidios

Las estadísticas no mienten y para el gobierno japonés son devastadoras. No es fácil de aceptar la amarga cifra de más de 33000 suicidios en 2007 y por consiguiente la derrota de una agresiva campaña para reducir una de las tasas de suicidio más altas del mundo.

El informe de la Policía Nacional habla de 33093 suicidas, 71 por ciento de los cuales eran hombres. De esos 33 mil, 12107 eran mayores de 60 años. Todos ellos, adolescentes, adultos y ancianos que han tomado la fatal decisión llevados por la depresión, problemas de salud, problemas familiares y el endeudamiento de los ancianos ante un sistema social que cada vez es más precario.

La investigación habla también de la Prefectura de Yamanashi, al pié del Monte Fuji, como el lugar favorito para quitarse la vida. Sin embargo, el informe –por lo menos lo que se ha publicado- no da cuenta de los suicidios en las vías del tren ni de la nueva y tenebrosa tendencia de mezclar ciertos detergentes caseros para provocar vapores letales no solo para el suicida sino para quien lo auxilia.Nadie parece dar con el fondo del problema.

Los especialistas en salud mental creen que la crisis en la sociedad japonesa está en plena ebullición y dicen que las altísimas tasas de suicidio junto con las atrocidades de algunos asesinatos son síntomas inequívocos de la profunda ignorancia del gobierno, de la realidad mental y afectiva de un buen número japoneses. De un profundo descuido y de la estigmatización de la enfermedad emocional o mental. Dos horas de espera en una clínica abarrotada para tres minutos de consulta y algo de medicina. Es todo.

La fría prefectura de Akita, al norte de Japón, es uno de los lugares que ha visto fallar el ambicioso proyecto del gobierno para frenar el suicidio. En la tierra de la nieve, como se le conoce a esta zona que produce uno de los mejores arroces del Japón, la tasa de suicidios es la más alta desde hace trece años. En Akita, los más vulnerables al suicidio son los ancianos que ante la incertidumbre de una enfermedad larga y dolorosa, deudas o soledad, prefieren disponer de su vida.
Las cifras de 2008 pueden ser peores que las del año pasado. En lo que va corrido del año 517 personas se han suicidado con sulfato de hidrógeno, luego de que la fórmula apareciera primero en sitios de Internet especializados en suicidios y luego se hiciera famosa entre los interesados. Pero, aún luego de darse cuenta de la situación, nada parece cambiar en un futuro inmediato. Para una mayoría de japoneses los salarios siguen siendo bajos, contrario a la creencia de que los japoneses ganan millones, las horas de trabajo bien pueden sobrepasar la capacidad de aguante de una familia normal y las jerarquías no permiten la movilidad laboral dentro de las compañías. Para muchos adolescentes y adultos no hay esperanzas, no hay futuro, tampoco calidad de vida.

Eso fue lo que palabras más o menos dijo Tomohiro Kato, tristemente célebre desde el fin de semana pasado cuando mató a puñaladas a 12 personas en 30 segundos en el concurrido distrito electrónico de Akihabara. El gobierno japonés ha ordenado una "exhaustiva investigación del trasfondo social y emocional del acusado". “Tiempo y recursos perdidos”, dice Mika Tsutsumi una reconocida analista social. Hay un “invisible ejército de Katos en la sociedad japonesa impulsado por el sentido de desesperanza".

Mientras los políticos piensan, la fórmula de los detergentes a mezclar sigue disponible en Internet y es tan detallada que el texto incluso brinda las pistas para no fallar en el intento. “Mediante la mezcla de xxxx y zzzzz cualquiera puede producir el mortal gas. Si la concentración es muy baja, no será efectivo así que diríjase a este link y siga las instrucciones que le darán las medidas perfectas para cada ingrediente…".

Terrible, sencillamente terrible.

Foto: Poster descargable desde Internet para que el suicida lo ponga fuera de la puerta para advertir a su posible auxiliador la presencia de gas venenoso dentro de la habitación.