viernes, 4 de abril de 2008

PANAMA, comentarios en cadena.

Un despacho de la agencia de noticias Reuters el 28 de febrero, prendió la alarma en Panamá. En él, las FARC amenazaban con secuestrar políticos panameños y policías luego de que oficiales de ese país arrestaran en una escaramuza en alta a mar a seis guerrilleros colombianos dotados de fusiles AK47, explosivos y equipo de comunicaciones. Los diarios panameños más importantes registraron entonces diferentes versiones. Una, daba cuenta de que el reducto de las FARC había ingresado a Panamá para consumar un ajuste de cuentas por la traición de un grupo indeterminado de colombianos y panameños. Otra, argumentaba que venían a secuestrar al dueño de un conocidísimo hotel en Bahía Piña, en dónde se celebran importantes y lujosos encuentros de pesca internacional.

Lo ocurrido en pleno Océano Pacífico, en frente del inexpugnable Darién, se ha repetido una y otra vez. Ya hacía unos 6 años los reporteros del Canal 13 de Panamá habían utilizado los mismos caminos de herradura que utilizan las FARC para penetrar en territorio panameño con el ánimo de demostrar qué tan desprotegida se encontraba la frontera panameño-colombiana. Siempre se ha dicho en voz baja que miembros del grupo guerrillero trasiegan y se abastecen sin temor en Panamá, y en voz alta, que cada vez que hay un ataque guerrillero en la zona de la frontera, son cientos los desplazados que ingresan en territorio panameño buscando consuelo.

Existe la sensación de que para las FARC Panamá es un suculento bocado relativamente fácil de engullir. La presencia constante del narcotráfico - no solo colombiano- la hace más inestable y propensa a la corrupción y la manipulación del mundo gansteril. Hace unos días sin ir muy lejos, el mismo canciller panameño, Samuel Lewis Navarro, refutó los cargos de ser cercano al narcotraficante colombiano capturado en Panamá, Nelson Urrego, quien fue nada más y nada menos, quien ayudó a Estados Unidos a construir un sonado caso contra las FARC por lavado de activos y narcotráfico. Según los informes de prensa, Urrego habría tratado de venderle al canciller por US$12 millones de dólares, la pequeña isla que posee en Panamá y en donde se filmaron apartes del popularísimo reality "Survivor".

Después de la operación estadounidense "Causa Justa" en la que en menos de un día fue depuesto del mando el General Manuel Noriega, fue desmantelada la Fuerza de Defensa Panameña y muchos de sus miembros conforman desde entonces las Fuerzas Públicas (Policía Nacional, Servicio Aéreo Nacional, Servicio Marítimo Nacional) que con cerca de 11 mil hombres deben cuidar no solo los 78,200 kilómetros cuadrados del país sino los difíciles 225 kilómetros de frontera con Colombia, aparte de sus innumerables kilómetros de costa.

Los panameños se preguntan si su país tiene los recursos necesarios para lidiar los poco despreciables retos que enfrentan: el crecimiento de las pandillas o maras como se les conoce en otros lugares de Centroamérica y la amenaza del crimen internacional representado en guerrillas colombianas, narcotráfico y otras modalidades que sacan provecho de la estratégica posición de Panamá y su comercio internacional. No pocos coinciden en que muchos de los movimientos de los grupos irregulares colombianos se mueven a través de la Zona Libre de Colón.

Y es que la referida amenaza de las FARC -a pesar de que el gobierno panameño la ha desestimado- no debe tomarse a la ligera. Aunque muchos especialistas coinciden en que las FARC sí son capaces de realizar ataques en las fronteras o más allá de las fronteras, más no en las ciudades, el colombiano de a pié sabe que eso no es verdad. No es más sino recordar el secuestro a luz del día y en pleno Cali de los congresistas del Valle, asesinados el año pasado por las FARC, o el secuestro masivo en una iglesia, también en Cali, o el secuestro masivo de un edificio en Neiva, la capital del Huila, o de la bomba en el Club El Nogal en Bogotá, o del secuestro - en Asunción- y posterior asesinato de Cecilia Cubas, hija del expresidente uruguayo Raúl Cubas, por el cual se encuentra requerido el canciller de las FARC Rodrigo Granda. Desconocer que el Océano Pacífico también es una ruta de escape es altamente ingenuo aún más teniendo en cuenta que muchos personajes importantes de la sociedad panameña son amigos de los deportes acuáticos y muchos tienen sus propias islas de descanso.

La cooperación y el compromiso internacional en términos de seguridad es un imperativo, especialmente si se trata de evitar que los fenómenos que desestabilizan a un país, afecten a toda la región. Prueba de ello es que aun cuando Ecuador posee militares en las fronteras poco se pudo hacer para evitar el cruce de los irregulares colombianos y su temida influencia en las autoridades del vecino país. Y es que el objetivo de las FARC de extender su campo de acción más allá de las fronteras, bien puede estar relacionado con otros proyectos políticos ampliamente conocidos, más no compartidos por todo el continente. A las FARC les conviene expandir sus ataques y actuar en escenarios internacionales, solo así lograrán el tan anhelado estatus de beligerancia. De paso, dejarán entrenados sendos comandos en cada país donde pongan una bota de cáucho -por cierto, de acuerdo a los ex secuestrados- "made in Ecuador".

Así que para nada debe sorprendernos de que dentro de poco Estados Unidos sea el jugador principal de una importante ayuda militar a Panamá traducida en el equipamiento de radares sofisticados para monitorear su frontera con Colombia y en equipo militar avanzado que ayudaría a resguardar la complicada zona del Darién. Muchos argumentan que poco a poco se acerca la remilitarización de Panamá, sin embargo es poco probable que bajo las actuales circunstancias y con el fantasma de Noriega todavía rondando, los panameños dejen prosperar cualquier iniciativa de tipo dictatorial. Para militarizar una frontera tan selvática se requerirían según los expertos de muchos batallones y en Panamá no existe el suficiente recurso humano ni financiero para implantar una protección de semejante envergadura.

Paradójicamente Panamá se ha salvado por lo pronto del tsunami regional no solo gracias al tapón del Darién sino al colchón Uribe, que ha sido implacable contra las FARC e incómodo para la corriente "compañerista" que parece recorrer algunos países del continente.

http://www.prnewswire.com/cgi-bin/stories.pl?ACCT=BPLAW.story&STORY=/www/story/02-20-2007/0004531216&EDATE=TUE+Feb+20+2007,+04:18+PM
http://www.javno.com/en/world/clanak.php?id=129875
Mapa: http://www.oas.org/dsd/publications/Unit/oea30s/ch048.htm