sábado, 10 de noviembre de 2007

Cambio climático y apocalipsis económico.

Buenos días,

Las noticias económicas por estos días se limitan a la precaria situación del dólar y a las amargas disputas entre los partidos políticos del Senado de los Estados Unidos sobre la conveniencia o no de aprobar los Tratados de Libre Comercio con Perú, Colombia y Panamá.

“Tratado de Libre Comercio” y “Globalización” levantan las más serias disputas entre quienes las santifican y las satanizan, dependiendo de la mano con que se firme. Y depende del ojo con que se mire, habrá que aceptar que los proteccionistas tenían razón: De China han llegado barcos cargados de juguetes con plomo y otros regalos propios del sistema. Habrá que aceptar que los empresarios tenían razón: ha hecho ricos a quienes estaban capacitados intelectual y técnicamente y ha relegado sin remedio a los demás.

Lo cierto es que toda esta perorata de interminables debates políticos estaría por acabarse justo para el año 2040, el año del apocalipsis climático, según el informe “La Era de las Consecuencias”, producido por el Centro para Estudios Internacionales y Estratégicos (CSIS), de los Estados Unidos, que predice que la escasez de recursos sería “la que mande en términos de relaciones internacionales”. El informe no se queda corto al afirmar que entre algunas consecuencias del cambio climático estaría el fin de la globalización porque cada país se vería en la necesidad de protegerse así mismo con el ánimo de conservar lo poco disponible para sobrevivir.

El Apocalipsis.
El informe expone tres escenarios que marcarían el futuro comercial.

1. Cambio climático esperado. Contempla un incremento de 1.3°C en la temperatura en 2040 que provocaría el aumento del nivel de mar en 0.23 metros. Se refiere a un impacto negativo en la pesca mundial, a zonas turísticas fantasmas, a inmigrantes que son rechazados por venir de regiones o países con severas enfermedades infecciosas surgidas de la misma catástrofe ambiental. Habla de la radicalización de la política mundial y del dominio geopolítico indiscutible de aquellos que posean los recursos naturales. Bien puede ser un estado, bien pueden ser regímenes totalitaristas que aprovechen el caos para llenar espacios que los gobiernos democráticos, por pura debilidad, no satisfacen. Habla de países nuevos pobres, incapaces de cubrir su demanda social. Habla de países ricos que no querrán mantener con su dinero a los extranjeros.
2. Cambio climático severo. Proyecta un aumento de la temperatura en 2.6°C hacia 2040 y contempla un cambio notable en la masa polar y un aumento del nivel del mar en 0.52 metros. Entra en esta etapa a reinar la escasez de agua especialmente en los trópicos secos y subtrópicos, que afectaría a más de 2 mil millones de personas. Advierte de una división más pronunciada entre ricos y pobres. Analiza el posible colapso de las reservas de pescado en el mundo que provocaría tensiones graves entre las naciones que buscarán la forma de obtener recursos alimenticios. El informe considera posible la privatización del agua y de otros recursos naturales, que nos llevarían a las puertas de conflictos sociales sin precedentes. En este escenario terminarían las décadas de globalización para dar paso a un rápido deterioro económico mundial. Colapsaría el sistema financiero y productivo dependiente de sistemas integrados globales. Advierten los expertos del riesgo de que paralelamente el sistema corporativo se convierta en uno mucho más poderoso a medida que se hacen dueños de los recursos. La situación, argumenta, fácilmente podría desembocar en negocios transnacionales más poderosos que los estados. Organizaciones como Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad serían inoperantes ante el caos mundial.
3. Cambio climático catastrófico El estudio asume que este escenario no será inmediato y que por tanto ocurrirá a lo largo del Siglo 21. Contempla la desaparición casi total de los casquetes polares, la elevación del mar a dos metros, el colapso de la circulación de corrientes de agua templada que nivelan la temperatura marina, junto con el agravamiento de las condiciones del escenario 1 y 2. Se esperan migraciones masivas a Europa y a Estados Unidos que no podrán darse el lujo de aceptar a un extranjero más. Ante hordas de refugiados ambientales y económicos la hostilidad y la violencia tendrán como resultado la dificultad en realizar operaciones humanitarias. Tales condiciones de inestabilidad social económica, advierten, serán el caldo de cultivo para un terrorismo de inimaginables proporciones.

Semejante panorama no es otra cosa que la alarma que indica que las catástrofes naturales que hemos visto en los últimos años son un pálido reflejo de lo que nos espera. Nos deja el amargo sabor de que hemos fracasado a nivel mundial en la lucha contra la pobreza y la sensación de habernos embarcado en una carrera autodestructiva a favor de ella.

El proceso ha iniciado y mientras en América Latina seguimos con el rancio debate entre izquierda y derecha, tratados de libres comercio, y la influencia de líderes mesiánicos, dejamos pasar de largo la oportunidad de enderezar el camino antes de que sea demasiado tarde. Deberíamos estar pensando en términos de tecnología agraria, aprovechando las coyunturas económicas, para que la tragedia climática nos coja confesados. Pero no, retrocedemos a pasos gigantescos llevados por la idiotez de la pasión política que busca el poder por el poder, así sea por las armas, para darle gusto al delirio de grandeza de quienes se creen salvadores por excelencia.

Saludos,

http://www.csis.org/media/csis/pubs/071105_ageofconsequences.pdf
Foto: Bogotá, Colombia. "Bajo bloques de hielo en el trópico". Noviembre 4, 2007