martes, 10 de julio de 2007

India avergonzada, Europa se prepara

Buenos días,

El sector empresarial de la India se ha estremecido ante la inclusión por parte de la Scotland Yard del ingeniero aeronáutico indio Kafeel Ahmed, como parte principal de los fallidos atentados terroristas de la semana pasada en el Reino Unido.

No se trata de un ciudadano cualquiera o de alguno que venga de las pobrísimas ciudadelas de la India. Con un grado del Colegio de Ingenieros de la India, un master en Ingeniería Aeronáutica de la prestigiosa Queens University de Belfast, Ahmed ha puesto en peligro y bajo la lupa la subcontratación de empresas indias para proyectos de gran envergadura, y siembra un manto de duda sobre los profesionales indios altamente calificados contratados por empresas extranjeras en Europa y Estados Unidos.

Con cada día que pasa, Scotland Yard encuentra detalles asombrosos de la vida de los terroristas. Ha logrado establecer que Kafeel Ahmed trabajó durante algún tiempo para Infotech Enterprises, una compañía de 5,500 trabajadores, dedicada al diseño y la producción de partes para aviones. El asunto no pasaría de ser un dato más de no ser porque se cree que el sospechoso tuvo acceso a muchos de los secretos de Airbus, Boeing y Bombardier justo en el periodo en el que dijo convertirse en un islamista radical.

El caso no parece ser aislado. Fuera de Ahmed, que sufrió quemaduras en un 90 por ciento de su cuerpo al lanzarse en un Jeep Cherokee en llamas contra el Aeropuerto Internacional de Glagow, fueron detenidos su hermano Sabeel, médico, y su primo Mohamed, también médico pero residente en Australia, quien al parecer tenía la función de recaudar dinero para jihad islámica.

En varias entrevistas, sus amigos y familiares los describen como estudiantes de inteligencia sobresaliente y fanáticos del fútbol. Culpan de su radicalización al ambiente en el que se mueven los jóvenes musulmanes en el Reino Unido, aunque aceptan que Kafeel estuvo bajo influencia de organizaciones fundamentalistas en 2001 y que dos años después ingresó una organización que predica es Islam en su forma más pura.

Todo parece indicar que su incipiente radicalismo llamó la atención del terrorismo internacional, pero su cualidad más apreciada era la de portar pasaporte indio. La razón es muy sencilla. Hasta ahora los musulmanes provenientes de la India habían escapado a toda sospecha y pasaban por más facilidad por los estrictos controles británicos.

Nunca la ciudadanos indios habían estado en la mira de las autoridades antiterroristas. Aunque la India tiene la segunda población musulamana más grande del mundo, es la primera vez que uno de sus ciudadanos adquiere notoriedad por un acto terrorista fuera de sus fronteras. Todos los atentados perpetrados en la India por musulmanes habían sido en respuesta a condiciones regionales muy puntuales que principalmente tenían que ver con el problema de Cachemira.

El asunto es de máxima preocupación para las autoridades de la India. En varias ocasiones la prensa nacional india ha informado de células nacientes de al-Qaeda y de contactos cercanos entre varias organizaciones musulmanas radicales indias con el grupo terrorista. Lo peor del caso es que aquellas forman parte a la vez del Frente Internacional Islámico, fundado por Bin Laden en 1998.

En la India, las autoridades de alguna forma se lo esperaban. La embajada de Estados Unidos en Nueva Delhi venía alertando desde hacía algún tiempo de posibles ataques de al Qaeda en territorio indio. Incluso, la preoupación se intensificó cuando en Abril, Osama bin Laden y Ayman al-Zawahiri incluyeron en sus discursos un nuevo término para identificar a su enemigo "la conspiración Cruzada-Sionista-Hindu contra los musulmanes".

India se encuentra avergonzada. Miles de técnicos que esperaban ser contratados por empresas de tecnología se encuentran ahora bajo la incipiente y recien nombrada "conexión Bangalore". En Australia, los pacientes se niegan a ser antendidos por médicos indios y el Servicio Nacional de Salud británcio anuncia que revisará el método para aceptar personal médico extranjero.

Europa sabe que es vulnerable al terrorismo y seguramente se estará preguntando si vale la pena invertir tantos recursos en los hijos de los inmigrantes. Aceptan que la amenaza nacen en una nueva generación de terroristas, de enemigos creados en su propio terreno. Ya no necesitan esgrimir planteamientos de izquierda o de derecha a favor o en contra de la immigración. El terrorismo les da la justificación necesaria.

Saludos,