sábado, 24 de marzo de 2007

NO SOLO ARAUJO PECA DE INGENUO

3月23日
NO SOLO ARAUJO PECA DE INGENUO
El Canciller Colombiano Fernando Araujo parece no ser el único que peca de ingenuo y dice un poco más de lo que debe en donde menos se puede. Las declaraciones de la explosiva y pasional Piedad tampoco es que hayan sido las mejores.

A 14 000 kilómetros de distancia, en Nagasaki, Japón, las agencias internacionales han registrado el comentario del Ministro de Relaciones Exteriores del Japón, Taro Aso, un curtido político cuyas declaraciones no pocas veces causan controversia.

La última perla cayó delicadamente durante su discurso el fin de semana durante una conferencia sobre la diplomacia japonesa en el Medio Oriente. No tuvo inconveniente el japonés en afirmar que “los rubios ojiazules de occidente probablemente no podrían ser tan exitosos en la diplomacia del Medio Oriente como los japoneses, de cara amarilla”. Según el diario Nikkei Aso fue un poco más lejos y agregó que Japón nunca había explotado al Medio Oriente, nunca había hecho un solo tiro ni había iniciado una guerra en ese lugar. Se fruncen los ceños rubios y los encargados de explicar la frase quedan mudos. Será un rezago de delirio de grandeza y superioridad racial?

La historia de los resbalones verbales no solo se limita a los cancilleres. También en Tokio, el Ministro de Salud se vió acosado por la prensa y los grupos feministas luego de que catalogara a las mujeres como “máquinas para dar a luz”. Menudo golpe al orgullo de las mujeres japonesas que no solo tienen que trabajar, cuidar casa e hijos, para que además sean culpadas de la disminución demográfica.

En Europa, la carismática Segolene Royal, candidata a la presidencia francesa tampoco ha escapado a la caída delante del micrófono. Los activistas de derechos humanos no han podido olvidar cómo Royal, durante una visita a Beijing alabó el sistema de justicia chino criticado por muchos justamente por su falta de tolerancia y garantías políticas. De una sola pieza quedaron quienes la escucharon. El descache hubiera podido venir de cualquier país menos de Francia, cuna de los Derechos Humanos. Sus detractores también hicieron las delicias de la dulce candidata. Es más, el libro que han publicado le saca más de un trapito al sol por cuenta de sus apuntes.

Inolvidables también son las declaraciones del Presidente Hugo Chavez durante su último discurso en las Naciones Unidas. “El diablo está en casa. Ayer el diablo vino aquí. En este lugar huele a azufre. Ayer desde esta misma tribuna el señor presidente de EE UU, a quien yo llamo el diablo, vino aquí hablando como dueño del mundo; un psiquiatra no estaría de mas para analizar el discurso de ayer...”

Como tampoco se queda atrás la controversia desatada por la desafortunada foto del presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, con el “kufiya” – el pañuelo palestino- durante el Festival Internacional de Juventudes Socialistas y en plena ofensiva israelí contra Líbano y Palestina.

Y ni qué decir del revuelo causado por Benedicto XVI al traer a colación durante un discurso de la Universidad de Regensburg los escritos del emperador bizantino del Siglo XIV, Manuel II, que aseguraba que “todo lo que el profeta hizo fue malvado e inhumano, como su orden de propagar con la espada la fe que él predicaba”. Tampoco quedó ahí la cosa, la situación emporó cuando utilizó términos como “yidah” y “guerra santa” junto a su célebre frase “la violencia es incompatible con la naturaleza de Dios y la naturaleza del alma”.

Así pues que para declaraciones desafortunadas para muchos o justificadas para otros, no se necesita haber permanecido seis años en cautiverio, y ser nombrado canciller por el Presidente Uribe. Si no, que lo digan Bush y Blair pillados infranganti con un micrófono abierto y una frase que pasará a la posteridad : "lo que tienen que hacer es decirle a Siria que le diga a Hezbolá que pare toda esta mierda".

Saludos