sábado, 3 de diciembre de 2011

FUKUSHIMA: el dramático informe de TEPCO

Los momentos siguientes al terremoto del 11 de marzo, sin duda fueron tremendos. Mientras la costa este de Japón seguía sacudiéndose y llegaban las impresionantes imágenes del tsunami azotando el norte, Fukushima vivía su propio drama. Las horas pasaban y si en Tokio aguantábamos remesones cada cinco minutos y cada cual a su estilo sorteaba esos momentos tan dificiles, los curtidos héroes de la planta nuclear, también corrían y se refugiaban como los demás mortales.

Un documento realmente dramático publicó TEPCO el viernes pasado. En él, el operador en jefe de la planta confiesa que se dió cuenta del desastre cuando se fue la luz, incluyendo en los controles. Narra cómo se dio cuenta del tsunami cuando entró un trabajador gritando que el mar estaba dentro del sitio. Todos gritaban, dice el informe, y se preguntaban si existía alguna razón para quedarse. La peor crisis después de Chernobil estaba en desarrollo, y ellos lo sabían.

Desde el principio, y en semejantes condiciones intentaron controlar el reactor abriendo manualmente las válvulas para ventilarlo. Los mayores no permitieron que los más jóvenes arriesgaran su vida, así que se pusieron el equipo y entraron en un área que registraba niveles de radiación increiblemente elevados. Uno de los que ingresó relata como sus botas de cáucho se derritieron al entrar en contacto con el agua del reactor.

Otro dramático segmento señala cómo los trabajadores corrían desesperados montaña arriba ante los fuertes remesones que continuaban sacudiendo la costa. Como todos, tenían terror ante otro eventual tsunami.

La recuperación de la electricidad fue titánica. Un trabajo que normalmente se hacía en un mes, tuvieron que hacerlo en algunas horas con el peligro inminente de quedar electrocutados al no estar trabajando con las herramientas necesarias.

Luego vinieron las explosiones que vimos todos aterrados por televisión. Fue entonces cuando el grueso de trabajadores salió y quedaron los “Cincuenta de Fukushima” que enfrentaron lo peor. A ellos se les unió a los pocos días un gran número de técnicos de Toshiba y Hitachi. Todos tuvieron que enfrentar la difícil tarea de mantener el agua refrigerante de los seis reactores de la planta, tres de los cuales estaban ya fundidos.  Muchos de ellos confiesan haberse despedido de sus familias.  Pensaron que nunca volverían.

Paralelamente TEPCO también ha informado que la temperatura del reactor No.1 llegó en un punto a los 3000C y que casi todas las 68 toneladas el combustible nuclear del reactor No.1 se fundieron llegando a comerse incluso 65 centímetros del fondo de concreto. Actualmente solo 37 centímetros de concreto separan el combustible de la pared exterior de acero, en la parte más averiada.

El reactor No.2 y el No.3 están en “mejores condiciones”, si es que eso sirve de consuelo. El reactor No.2 tiene el 57% de su combustible fundido, y el reactor No.3 el 63% en las mismas condiciones.

Aún en tan adversas circunstancias TEPCO insiste en que puede lograr su objetivo de apagar los reactores en frío para fin de año, tal como lo estipula el cronograma acordado con el gobierno para controlar la crisis.

Si bien la situación parece estar medio controlada, y TEPCO logra apagar la central antes de fin de año, el gran problema continua siendo qué hacer con el combustible que se retire de los reactores en problema. El proceso de desmantelamiento de la planta tardará por lo menos 30 años.